Asunción Cámara Obregón es ingeniera de montes y profesora de Biología de Organismos y Sistemas en el área de Ingeniería Agroforestal de la Universidad de Oviedo. Fue la encargada de impartir una nueva conferencia de las que semanalmente organiza la Asociación Cultural Cauce del Nalón. En el marco de la Casa de la Buelga de Ciaño, la actual directora de la Escuela Politécnica de Mieres, habló sobre "Cambio climático y gestión forestal: los incendios un problema social", un acto que introdujeron el presidente del colectivo organizador, Alejandro Canga y el director de la Casa de la Buelga, Aladino Fernández. El evento contó con la colaboración de la Universidad de Oviedo, el Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

Cámara inició su intervención explicando que, efectivamente y como hecho innegable, desde los años setenta se comenzaron a registrar cambios en las temperaturas, con variaciones anómalas de las mismas, algo que además se ha comprobado "científica y estadísticamente". "En la cornisa cantábrica se han detectado más precipitaciones y un aumento de las temperaturas que podrían llevarnos a una tropicalización" aseveró la ponente. Sobre todo, es significativo el cambio "en el modo de llover", pues según destacó "ahora las lluvias no son tan habituales aunque es evidente que las precipitaciones sí son mucho más torrenciales y tampoco podemos obviar la aparición de fenómenos climáticos inesperados como los ciclones extratropicales, las gotas frías extemporáneas, las inundaciones, las sequías o los grandes deshielos". Cámara aseveró que si bien el cambio climático incide en los incendios forestales, hay otros muchos factores de mayor relevancia que el aumento de las temperaturas. "En Asturias, el 75 por ciento de los incendios son provocados por el hombre, bien intencionadamente o por negligencia", aseguró. Del mismo modo, lamentó que "de ese porcentaje, el 70 por ciento se relaciona directamente con los pastos, mientras que el cinco por ciento restante se reparte entre la caza, la flora, la limpieza de caminos, la disputa sobre propiedades y un uno por ciento se asociaría al vandalismo".

La ingeniera hizo especial hincapié en el hecho de que "en el Principado, los incendios se focalizan en la zona suroeste porque el fuego ha formado siempre parte de la cultura agraria y se ha utilizado desde tiempos ancestrales para mantener a ralla el matorral y conservar los pastos". También ofreció datos cuanto menos curiosos, como el hecho de que desde el año 2000 hasta 2017 el número de incendios en nuestra región ha disminuido, si bien cada vez se quema más superficie. Así, destacó que "mientras en el año 2000 se registraron 1700 incendios aproximadamente, en 2017 fueron 1400, pero sin embargo, en 2000 se quemaron 9500 hectáreas y en 2017 fueron 14000 hectáreas las que ardieron".

La conferenciante se mostró convencida de que "los incendios son un problema social" y defendió que "hay que desmontar ciertos mitos, pues si bien no defiendo el eucalipto es necesario dejar claro que en ningún caso es responsable de que el bosque se queme". Por último, reclamó la necesidad de prevenir, mediante una correcta gestión forestal, potenciando el desarrollo rural y educando para destacar el valor social del monte y defendió la necesidad de "reforzar la detección temprana de los incendios, profesionalizando aún más los servicios de extinción, trabajar en la restauración de las áreas quemadas y potenciar la investigación y la detención de los culpables, con mayores penas para los mismos".