La Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) ha dado luz verde al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Mieres. Un total de 17 entidades más han remitido al Ayuntamiento informes favorables. Así, concluido el periodo de consultas nadie ha puesto pegas a un documento que ha tardado cinco lustros en tramitarse. Ahora, la concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible abordará una serie correcciones menores, como cambios de nomenclaturas y otros tecnicismos, para proceder a su aprobación inicial. El objetivo es poder abordar este último trámite tras el verano.

El visto bueno de la COUTA pone el esperado plan urbano de Mieres en rampa de lanzamiento. Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y Carreteras no se han dirigido al Ayuntamiento para poner pegas a la planificación. Aún así, la concejal Delia Campomanes, dando por hecho que el silencio administrativo conlleva la aquiescencia de estas entidades públicas, les solicitará informes para adjuntarlos al expediente. "Queremos dejarlo todo lo más cerrado posible para poder contar con un plan urbano que sea una referencia fiable durante al menos una década", explicó la edil de IU.

La ausencia de informes negativos conlleva que la planificación del PGOU de Mieres apunta a un alumbramiento que ha venido precedida de una gestación de casi 15 años. El procedimiento podría haberse alargado aún si los informes hubieran puesto impedimentos. De ser así, el gobierno local se hubiera visto en la obligación de recurrir a técnicos externos para dar respuesta a las alegaciones, lo que hubiera podido alargar el proceso incluso por más de un año.

Proceso farragoso

La gestación de la nueva normativa urbanística para Mieres ha conllevado un farragoso proceso de casi tres lustros, en los que se ha pasado desde por quiebra de la empresa redactora hasta por alegaciones iniciales de la CUOTA, que conllevó que el documento inicial tuviera que volver varias veces a revisarse y redactarse. El Ayuntamiento tuvo que cambiar el catálogo de edificios protegidos.

El nuevo plan de ordenación, del que solo se conocen algunos detalles y que el gobierno local pretende aprobar antes de finales de año, descarta entre otras cosas la expansión de la ciudad hacia el norte, puesto que los terrenos que actualmente ocupa el lavadero de El Batán seguirán destinados a uso industrial. La tardanza en aprobar la nueva hoja de ruta urbanística ha permitido, al menos, corregir actuaciones que con el paso del tiempo han perdido su sentido.