El Centro Cultural de Moreda acogió la presentación de la publicación autoeditada por la Escuela de Hostelería del IES Valle de Aller, en la que se compendian dos de sus acontecimientos más relevantes, ambos en 2013. El primero, las Jornadas de Slow Food, Km. 0 y producto de proximidad, y las de Cocina Bio, Eco y Orgánica. El acto contó con la colaboración del Ayuntamiento de Aller y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

La directora del IES Valle de Aller, Margarita Gandullo, actuó como anfitriona y destacó la reputación adquirida por la Escuela de Hostelería, "que lleva el nombre de nuestro valle de Aller por donde va", y resaltó la alta calidad de sus docentes, gracias a los que ya hay alumnos de gran renombre. "Los alumnos de Erasmus que han estado en el extranjero vuelven con la convicción de que aquí hacemos una cocina de primer nivel", declaró Gandullo.

Segundo Riesco, jefe del departamento de Hostelería del IES, reconoció que "somos lo que somos porque estamos en un centro muy dinámico en el que no faltan los colaboradores". "A base de apoyarnos unos en otros, somos capaces de dar visibilidad a la gastronomía asturiana, para lo que es fundamental el patrón de calidad que otorgan las denominaciones de origen y las IGP". Riesco agradeció la colaboración del plantel de cocineros de primer nivel que participó en las jornadas y resaltó la evolución de la Escuela de Hostelería, donde también se forma el personal de sala. "Bajo el lema 'Somos Asturias, cocinamos Asturias', venimos defendiendo el producto asturiano sin olvidar nunca que hemos de estar siempre abiertos a reconocer y aprender de otros lugares donde se cocina muy bien", manifestó Riesco, que llama la atención acerca del valor de la Escuela de Hostelería como difusor de la calidad de la producción alimentaria y la cocina asturianas.

El profesor de Cocina Víctor Pérez señaló que "la cocina 'de siempre' practicada en Asturias puede considerarse 'Kilómetro Cero', pues se ha basado en el producto de proximidad, un rumbo que debería marcar el futuro de nuestra cocina". "Hemos de pelear por valorar lo nuestro y los alumnos que salen de la Escuela de Hostelería serán los embajadores de la cocina asturiana, respetuosa con la tradición y el producto autóctono", dijo Pérez, que lamenta que "cuando se premia con estrellas Michelín no se suele buscar la cocina tradicional con producto de proximidad".

Viri Fernández, acreditada cabeza visible del "Llar de Viri", reconoció que "la filosofía del Slow Food me dio a conocer una forma distinta de interpretar la vida y la cocina" e incidió en la importancia de la protección de la producción para poder conservar la gastronomía tradicional asturiana.