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El arte infantil sí sale a la calle

Silvia Arroyo expone en su tienda de golosinas de Langreo los dibujos que mandan los niños: "Es una forma de estar cerca de ellos"

Silvia Arroyo, con algunos de los dibujos que ya ha colocado en el escaparate de su tienda. M. Á. G.

Confinados en casa con niños: día 18. Puede parecer el título de un reality show o de un estudio sociológico, pero se trata de la realidad que acompaña a miles de familias de Langreo y de todo el país desde que se decretó el estado de alarma. La energía de los más pequeños, que no tienen permitido salir a la calle, se desborda entre cuatro paredes y son numerosas las actividades que muchos padres organizan para tratar de encauzar tanto brío: dibujar, hacer manualidades, cocinar pastas, disfrazarse... A estas alturas del encierro hay que asumir que el parqué, las paredes y las puertas son ya, en buena parte de los casos, irrecuperables. Pero no todo son malas noticias. El confinamiento también puede alumbrar una nutrida generación de artistas y humanistas, otro Renacimiento tras el coronavirus.

Silvia Arroyo Cepedal se ha propuesto echar una mano. Regenta la tienda de golosinas "La Casina", en el barrio felguerino de La Pomar, pero se ha convertido también en galerista y mecenas de arte infantil. El escaparate de su negocio es, desde hace unos días, una improvisada sala de exposiciones donde los niños de la zona pueden mostrar sus dibujos para hacer frente al COVID-19. Cuando todo pase, habrá premio. Un revoltijo para cada pintor.

La iniciativa ya se ha extendido a otras tiendas de golosinas de la comarca, que están planteándose poner en marcha la idea. "Me llamaban la atención los dibujos de los niños en las ventanas. Algunos de ellos no llegan a verse bien y pensé que podía estar bien colgarlos en el escaparate para que pudiera verlos la gente que pasa por delante. Los niños están siendo de los más afectados por el tema del confinamiento y los dibujos son también una forma de estar cerca de ellos", relata Silvia Arroyo.

Iniciativa

La idea se propuso a través de las redes sociales. La iniciativa estaba pensada en un principio para los niños de la zona -"a muchos de ellos los conozco porque son clientes míos", explica Arroyo- pero también están llegando dibujos desde otras partes de La Felguera: "Las familias los meten por debajo de la puerta del negocio o me los mandan por correo electrónico, por redes sociales o por Whatsapp y los imprimo para ponerlos en el escaparate".

Esta comerciante felguerina reconoce que "me alegro mucho cuando recibo algún dibujo de los niños que conozco. Espero poder empapelar todo el escaparate con ellos". En apenas unos días la empresaria langreana ha recibido una docena de dibujos. Comerciantes de El Entrego y Sama que también tienen tiendas de golosinas ya se han puesto en contacto con Silvia Arroyo para replicar la idea.

Todas las "obras" suelen llevar el nombre del artista y el teléfono de sus padres "para ponerme en contacto con ellos cuando pase todo y dar a los chavales un revoltijo. Y para poder devolverles el dibujo en persona a todos los que quieran conservarlo", apostilla.

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