Adiós a Aquilino Fernández, "Quilino el de Polio". El último enlace de la guerrilla que daba testimonio en Mieres. El hombre que, por encima de derechas e izquierdas, creía en las personas. En lucha por la libertad desde los 17 años, cuando ayudaba a sus tíos -pioneros en el movimiento maquis en Asturias-, sufrió interrogatorios y conoció varias cárceles del norte de España. Nunca se rindió. Falleció ayer repentinamente, a los 92 años de edad, en su casa de Polio. "Ha sido un orgullo tenerlo como compañero, como gran maestro. Nos enseñó todo, sobre todo su fortaleza para sobreponerse a esa vida tan complicada y tan difícil", aseguró ayer la coordinadora de IU en Mieres, Beatriz González. Modestia, humildad, trabajo incansable... Palabras que repiten todos los que le conocieron. Pero mejor, que hablen los hechos.

Como el día que abrió la puerta de su casa al historiador Ernesto Burgos, colaborador de este diario, para contarle su historia. "Es, sobre todo, honesto", afirmó Burgos, hablando aún en presente. Imposible poner en pasado a un hombre que "no hablaba mal de nadie, ni siquiera de los que se habían portado mal con él". En esa casa tenía un "santuario" a los guerrilleros, que adornó con un dibujo hecho a mano por su gran amigo Gerardo Iglesias.

Respeto y cariño. Eso gastaba sin tasa y con todos. "El día que supo que yo me presentaría a las elecciones, me felicitó. Nos dejó la enseñanza de que las personas siempre están por encima de las ideologías", afirmó Gloria Muñoz, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Mieres.

Consternación entre todos los que le conocieron. Pero, sobre todo, entre sus familiares y sus amigos. Su mujer, su hijo y su nuera, y sus dos nietos le recordarán siempre. Beatriz González afirmó, con la voz agarrada, que Izquierda Unida de Mieres estaba ayer "con un pesar inmenso, muy fastidiados". "No queríamos perder a este gran amigo, a este gran compañero. Trabajó y luchó mucho por la libertad, una palabra que hoy en día a algunos les queda grande".

Se fue con la alegría de que Izquierda Unida gobernara en Mieres. Aníbal Vázquez, alcalde del concejo, jamás olvidará su abrazo el día de las elecciones municipales de 2011: "Ya era hora de que gobernáramos en este concejo, en el que tanta gente sufrió tanto por la libertad", le dijo al oído. Era querido por todos, el homenaje que organizaron sus compañeros en 2017 llenó el Auditorio "Teodoro Cuesta". "Para todos fue un privilegio haber compartido militancia con él. Hablar de Quilino es hablar de compromiso y de empatía", afirmó Aníbal Vázquez.

Hasta el final, sin descanso. Llamaba al Ayuntamiento, pedía a sus compañeros de IU que no se olvidaran de los que más necesitan. Antes de la cuarentena, limpió la placa en recuerdo de los represaliados de Vegadotos y pidió al Ayuntamiento que recogiera los desechos que él ya había apartado. Luis Álvarez Payo, exconcejal y exdiputado de IU, recordará siempre su empatía: "Pensaba siempre en los demás". En su última conversación, le dijo que el coronavirus le preocupaba. Más por la vida que por la economía: "Qué desgracia, tanta gente muriendo sola en el hospital", lamentó.