Los domingos han recuperado la normalidad en Mieres. La siempre bulliciosa jornada dominical de la ciudad alcanzó ayer la intensidad previa a la crisis sanitaria. La reorganizada plaza del mercado reunió a centenares de visitantes y las terrazas de las calles peatonales del centro estuvieron llenas durante toda la mañana. En Requejo hubo concierto dentro del reducido y muy controlado programa festivo de San Xuan.

Poco a poco, los vendedores ambulantes se van acostumbrado a la nueva distribución de la plaza, aunque hay quien está teniendo problemas de adaptación: "Los cambios de ubicación confunden a la gente y, de momento, no funcionamos como antes", explicaban ayer dos veteranos vendedores.

Y es que el mercado dominical de Mieres acaba de afrontar una importante transformación tras el intervalo sin actividad motivado por la crisis sanitaria. El Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con los representantes de los 110 feriantes que integran este concurrido zoco para redistribuir los puestos y ampliar su superficie. Por primera se han instalado tenderetes fuera de las calles anexas a la plaza de Abasto. Concretamente se ha integrado en el mercado toda la zona central de la calle Manuel Llaneza, la principal arteria vial de la ciudad.