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Asturias tendrá temporada de esquí salvo un avance "incontrolado" del covid

Los responsables de las estaciones ya están ultimando los protocolos de prevención de contagios para el uso de los complejos invernales

Un mar de nubes visto desde el Cueto Negro ayer. C. C. N.

Salvo un indeseable avance incontrolable de la pandemia, Asturias tendrá este año temporada de esquí. La Administración regional no se plantea en ningún caso la suspensión de la campaña invernal, aunque la vuelta a las pistas de las estaciones de Valgrande-Pajares, en Lena, y Fuentes de Invierno, en Aller, será de forma diferente a la de otros años. Como en cualquier otro ámbito, mientras el coronavirus siga presente y extendiéndose, habrá que tomar precauciones.

La de mantener la campaña de esquí para la temporada 2020-2021 parecía una decisión lógica, toda vez que, por ejemplo, la estación de invernal y de montaña de Pajares ha estado abierta todo el verano, con diferentes actividades ligadas al turismo activo. Desde bicicleta de montaña hasta paintball. Se ha abierto un remonte y la cafetería Cueto Negro, la de la parte alta de la estación, donde turistas tanto de la propia región como de fuera pudieron disfrutar de unas impresionantes vistas, paseos por las montañas y comidas a casi 2.000 metros de altura. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la afluencia en verano, que fue muy notable y que ha permitido dar un impulso en la desestacionalización de la estación lenense, sigue siendo bastante inferior a la de un día normal de temporada de esquí.

En todo caso, la decisión es la de que las estaciones del Principado abran sus puertas. Además del avance de la pandemia, el estreno del curso, como es obvio, lo marcarán las precipitaciones en forma de nieve. Pero si todo marcha como en inviernos anteriores, la idea es que los complejos asturianos puedan estar operativos para el puente de la Constitución, e incluso algo antes. Fechas que suelen suponer un aluvión de reservas turísticas si hay nieve, ya que no solamente se juntan varias jornadas festivas, sino también el hambre de nieve por varios meses sin subirse a los esquís o tablas de snowboard. De hecho, el curso pasado, 2019-2020, acabó de forma abrupta, ya que el coronavirus impidió terminar la campaña.

Y precisamente el virus y su facilidad para transmitirse de unas personas a otras será lo que marque los protocolos de seguridad que se apliquen en las estaciones de esquí asturianas para poder desarrollar la campaña con la mayor normalidad posible. No solo en cuanto a la limitación de aforos, que podría ser una de las medidas, sino también a la ocupación de los telesillas, a la desinfección de los mismos o al uso de otros remontes como las perchas, por poner algunos ejemplos. Los responsables de las estaciones asturianas de Pajares y Fuentes de Invierno ya han ido trabajando en la elaboración de los protocolos que se seguirán, y que se harán públicos en su momento.

Además, en lo que se refiere a la hostelería dentro de la estación y a los alojamientos turísticos, estos deben de seguir ya sus propios protocolos, establecidos durante estos meses, y que serán igual en invierno que en el verano, con los cambios normativos que vayan surgiendo en función de la evolución de la pandemia.

La temporada 2020-2021 será muy importante para los complejos invernales asturianos. En el caso de Valgrande-Pajares, el pasado curso, antes de sobrevenir toda la situación del covid, se habían alzado voces a través de la plataforma "Valgrande-Pajares. Sí o sí", para exigir una mejora integral de la estación, para que el complejo recuperase el lustre de décadas pasadas y se convierta, de nuevo, en un referente en el Norte de España. Tras varias protestas, reuniones con responsables políticos, y presentación de proyectos, este debe ser el año en el que se vayan viendo los primeros pasos del nuevo futuro de Pajares.

Al menos en lo que compete al verano, si se ha visto como la actividad volvía a las pistas y la montaña, con una notable acogida por parte de los usuarios, que se tradujo en satisfacción por parte de los promotores.

Además, este invierno se contará con un viejo recurso, que se ha renovado por completo. Se trata del albergue universitario de El Brañillín, que reabrirá sus puertas. El edificio cuenta con 80 plazas de alojamiento, restaurante y cafetería, preferentemente para los miembros de la comunidad universitaria aunque estará abierto al público en general.

Fuentes de Invierno buscará seguir afianzándose a la espera de su fusión con San Isidro y la llegada del suministro eléctrico a través de la línea. La estación allerana gana cada invierno más adeptos gracias a sus buenas instalaciones y sus características deportivas.

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