Un buen susto se llevaron los vecinos del núcleo de Cabojal, en Turón, la pasada madrugada. Un incendio declarado en una vivienda del pueblo, pasada la medianoche, generó cierta alarma en la zona. Un vecino que vivía en la casa incendiada tuvo que ser desalojado y solo la rápida intervención de los bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) permitió que las llamas no se extendiesen a la casa anexa, que estaba deshabitada.

Los bomberos, que llegaron al lugar de los hechos desde los parque de Mieres y de La Morgal, pudieron apagar las llamas de un incendio que no causó daños personales, pero sí materiales. El fuego calcinó buena parte del tejado del inmueble, una vivienda de dos plantas, y también el abuhardillado. El resto de la casa también se vio afectada, aunque no por las llamas, sino por el humo, y también por el agua y la espuma utilizada por los profesionales en la propia extinción. El trabajo desarrollado impidió que el fuego afectase a una vivienda anexa.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Asturias recibió el aviso a las 00.14 horas de ayer jueves. En la llamada, se indicaba que se estaba incendiando el tejado de una vivienda por dentro. Y que además había una casa adosada. La lluvia era constante en ese momento sobre Mieres.

La Sala 112 del SEPA movilizó una dotación de bomberos del parque de Mieres y también activó al jefe de zona centro para que se dirigiese al lugar, en el núcleo de Cabojal, en el valle de Turón. Además, ante la posibilidad de que las tareas fueran difíciles, el SEPA también envió personal del parque de bomberos de La Morgal, que acudieron hasta Mieres con una autobomba nodriza.

Al filo de la una y media de la mañana, el mando de bomberos en la intervención dio por controlado el incendio. La vivienda afectada estaba habitada por una persona, mientras que en la casa anexa no vivía nadie. El jefe de bomberos comunicó al SEPA que pese a que el fuego estaba controlado, los efectivos permanecerían todavía en el lugar algún tiempo más, ya que debían ventilar y refrigerar.

Para ello levantaron las tejas y refrigeraron la zona, tratando de evitar así que algún rescoldo pudiera reactivar el fuego cuando ya se había controlado.

Tras más de cuatro horas desde el aviso, a las 4.20 de la madrugada, los bomberos comunicaron que se iban a retirar de la intervención. Los de Mieres llegaron a base a las 4.36, y los de La Morgal a las 4.43 horas. El incidente se puso en conocimiento de la Guardia Civil y del SAMU.

Posteriormente, durante la mañana de ayer, los bomberos volvieron a pasar por el lugar por si era necesario volver a ventilar o refrigerar. Comprobaron que todo estaba en orden y volvieron a la base, dejando precintado el paso entre la casa afectada y otra construcción anexa para evitar que el desprendimiento de cascotes pudiera afectar a alguna persona, ya que el mal tiempo de ayer podía ser una complicación.