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Los vecinos piden planes con “contenido” para el patrimonio industrial recuperado

La asociación cultural Santa Bárbara reclama que el centro investigador ligado al campus que anunció el Rector diseñe “proyectos concretos”

La locomotora VA8, que estaría incluida en el proyecto del tren turístico entre Collanzo y Trubia. | Franco Torre

Un pasado ligado al carbón y un futuro ligado a ese pasado industrial. Esa parece una de las alternativas para la generación de actividad económica en las comarcas mineras. La riqueza en este campo en las Cuencas genera un potencial que administraciones, entidades académicas y vecinos no quieren desaprovechar. El nuevo rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, anunció en una reciente visita a Mieres que el campus de Barredo acogerá un Instituto del Patrimonio Industrial, con la idea de trabajar en el aprovechamiento de estos vestigios. Y la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara, una de las referencias en esta materia en la comarca, lo ve con buenos ojos, aunque con matices.

Desde el colectivo, su presidente, Felipe Burón, apunta a que desde ese nuevo organismo “se deben articular proyectos concretos y con contenido, no se pueden restaurar elementos porque sí y que luego queden abandonados a su suerte”.

El paso de Ignacio Villaverde por Mieres trajo consigo varios anuncios en forma de proyectos para dibujar el futuro de Barredo. El responsable universitario trasladó tanto al alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, como a los responsables del SOMA-FITAG-UGT, su intención de potenciar el campus con varias medidas, entre ellas, haciéndolo sede de un Instituto de Inteligencia Artificial, otro de Materias Primas y acometer el de Biodiversidad, además del citado de Patrimonio Industrial, cuya creación estaría ya aprobada.

Es precisamente sobre este último sobre el que la asociación Santa Bárbara tiene cosas que aportar. El colectivo ciudadano lleva años trabajando en la recuperación de vestigios industriales a través de su grupo de arqueología industrial. Entre otros proyectos, recuperaron el socavón de la Rebaldana, junto al pozo Santa Bárbara. La entrada a una bocamina que gracias al trabajo de este colectivo, formado en buena parte por exmineros, se hizo visitable.

Su presidente, Felipe Burón –que sucedió en el cargo al actual alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez–, se muestra con la ideas muy claras sobre el instituto universitario y sobre lo que puede y no aportar. “Lo primero que puedo decir es que hasta que no vea que se establece aquí, no me lo voy a creer. Son muchos años de promesas y de palabrería. Y siempre se queda en eso”, señala el responsable del colectivo. Pero una vez superada esa barrera de incredulidad, Burón piensa que el proyecto “es una muy buena idea, que debe de desarrollarse teniendo en cuenta varias cosas”.

Para Burón, la primera de ellas es que los proyectos y acciones que salgan de ese instituto deben ir acompañados de contenido. “Hay que pensar que todo lo que se restaure tiene que ser para darle un uso, para dotarlo de contenido, porque ya tenemos muchas experiencias de invertir fondos en arreglar cosas y que luego se vuelvan a deteriorar con el paso del tiempo porque no se les ha dado un uso”, explica el responsable del colectivo Santa Bárbara.

Ejemplos hay muchos en la comarca, pero quizá uno de los más significativos de lo que Burón expone es el caso del Museo de los Quesos de Morcín: un proyecto en el que se invirtió un millón de euros para acondicionar un edificio las tolvas del pozo Monsacro y que desde su recepción hace una década por parte del Ayuntamiento no ha tenido actividad. El paso de los años ha hecho que esa obra, a día de hoy, necesite otra cuantiosa inversión para arreglar los desperfectos generados por el paso del tiempo. Y también por la acción de los vándalos.

A juicio de Felipe Burón, una de las prioridades que debería tener el Instituto de Patrimonio Industrial del campus sería abordar proyectos como el tren turístico que plantean entre Collanzo y Trubia, pasando por Ribera de Arriba, Mieres o Morcín. “Tenemos las vías, los vagones, las máquinas y es un proyecto que se puede llevar a cabo con una pequeña inversión y que puede ser muy provechoso”, apunta Burón. De hecho, este proyecto ya cuenta con el visto bueno de los concejos que recorrería el trazado, salvo Morcín, que prefiere una senda verde.

“Estamos hablando de un proyecto que conlleva un recorrido de más de 50 kilómetros, no de uno o dos kilómetros. Con muchos puntos interesantes en el itinerario y donde podría haber guías formados que explicasen a los turistas las riquezas patrimoniales de cada zona”, explicó Burón, para agregar que el tren podría usarse también para otros fines. “Hay fiestas muy importantes en pueblos de estos concejos y si tenemos la infraestructura podría usarse para promocionar estos eventos y facilitar el transporte a los mismos”.

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