En el marco de la fiesta de la Folixa na Primavera de Mieres –una celebración que se despidió ayer y que este año ha estado marcada por la pandemia– el Ayuntamiento de Mieres ha aprovechado para conmemorar una efeméride, la del 185.º aniversario de la independencia del concejo. Para hacerlo más especial, ha preparado un libro con fotografías y anécdotas históricas que firma el historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Ernesto Burgos con la colaboración del fotógrafo José Ramón Viejo. Pero no solo hay historia. También hay gastronomía. El cocinero e investigador Marcos Cienfuegos ha creado un bombón para celebrar este aniversario, el Torc d’Urbiés que, como explica, mezcla “la gastronomía, historia y cultura de Mieres” en un pequeño bocado de nueve gramos.

¿Qué es lo que se celebra concretamente? El 14 de abril de 1836, la reina Isabel II envió un telegrama a los mierenses autorizando la separación del concejo de Mieres del “conceyón” que formaba junto a Lena, tal y como se lo habían solicitado previamente. Sin embargo, como cuenta Burgos, era la tercera vez que el Ayuntamiento de Mieres se independizaba. Eso sí, también fue la última. La primera, explica el historiador mierense, fue con la Guerra de la Independencia, “aprovecharon las normas de Pepe Botella y los afrancesados, y consiguieron independizarse en el año 1810, pero cuando acabó la guerra, Mieres volvió a juntarse al conceyón de Lena”. La segunda fue con el Trienio Liberal. “Llega Rafael del Riego en 1820 con una ley en la que autoriza la división de los ayuntamientos”, apunta. En el caso del conceyón de Lena, “se divide en seis partes, dos de ellas correspondían a lo que sería Mieres ahora, Mieres y Villarejo. El primero sería Mieres y La Villa, mientras que el segundo englobaría Turón, Santa Cruz y Ujo. Fueron dos ayuntamientos independientes que aguantaron lo que el Trienio Liberal, hasta 1823”.

Sabiendo qué es lo que celebra Mieres, con la llegada de la fiesta de La Folixa, lo que iba a ser un folleto sobre la separación del concejo empezó a crecer hasta convertirse en un libro de setenta páginas auspiciado por el concejal de Cultura de Mieres, Juan Ponte. “Como teníamos un mes para prepararlo, no daba tiempo a hacer un libro sobre la historia del concejo en serio, así que nos ceñimos a una serie de anécdotas, catorce, que muchos vecinos de Mieres desconocen”, apunta Ernesto Burgos.

Eso sí, como adelantó Ponte, el libro sobre la historia de Mieres acabará siendo una realidad en el futuro y también llevará la firma de Burgos.

Entre las anécdotas a las que se refiere el historiador en este libro se encuentra la de los refugios antiaéreos de la Guerra Civil en Mieres. “Había uno frente al Ayuntamiento, otro en el patio del colegio Liceo Mierense”, explica Burgos, asegurando que “hay mucha gente que lo desconoce”. Otra de las historias se enmarca en la Revolución del 34 y un bombardeo en el que murieron once personas, muy cerca del Ayuntamiento. Entre los fallecidos se encontraban tres futbolistas del Racing de Mieres, antecesor del actual Caudal. “El club decidió colocar un rombo negro en señal de luto en el fondo del escudo, pero cuando llegó el Caudal, el equipo siguió conservando este rombo, incluso sale en la actual camiseta de los jugadores del Caudal”, señala.

"EnsinFolixa" en Mieres

"EnsinFolixa" en Mieres

Otra de las anécdotas está relacionada con los galardones, como la medalla de platino con brillantes que le dieron al dictador Francisco Franco “que acabó empeñando al Ayuntamiento, que tuvo que pedir un adelanto del presupuesto del año siguiente para hacer esa medalla, que se realizó en la joyería más prestigiosa de Oviedo”. Medallas, reconocimientos y también expulsiones. Y es que el premio Nobel Camilo José Cela está declarado como persona “non grata” en Mieres, algo que todavía hoy se mantiene. “La gente piensa que es porque se metió con la Virgen de Covadonga, que también, pero no, dos años después escribió otro artículo en el que comparaba a los asturianos con las gallinas”, destaca Burgos. Una candidatura local, Democracia Directa Mierense, propuso su declaración como persona “non grata” y acabó aprobándose.

Manantial

Tampoco faltan entre las anécdotas del libro las del Ayuntamiento de Mieres bajo el mandato de Manuel Llaneza, el más significativo de todos. El historiador cuenta sus logros, como todo lo que se invirtió en obras públicas, pero también algún fracaso, como cuando intentó traer agua desde un manantial del concejo de Aller. “Cuando estaba casi todo hecho, el prado donde estaba el manantial pertenecía al alcalde de Aller, quien decidió subir el precio del prado y retrasó el proyecto”.

Y junto a un alcalde destacado como Manuel Llaneza, otro que supone los últimos coletazos del caciquismo, a finales del siglo XIX. El alcalde Luis Cachero “que llegó a entrar en el salón de plenos del Ayuntamiento a caballo, entre otras vicisitudes”.

Además del libro, Mieres celebra su 185 aniversario con un bombón muy especial. El Torc d’Urbiés creado por el cocinero Marcos Cienfuegos. Chocolate y queso de Urbiés son los ingredientes principales de este bocado donde también tiene presencia la avellana, la sidra e, incluso el oro. Aunque no hay constancia de la extracción aurífera en las comarcas mineras, “sí lo hay de cinabrio, el sulfuro de mercurio, que era la amalgama que necesitaban para conformar el oro”, apunta el cocinero.

Los mierenses tuvieron la oportunidad de disfrutar de este bombón durante la inauguración de La Folixa, en la que también se entregó el libro de anécdotas y el típico vaso de sidra de La Folixa que para muchos es un objeto de coleccionismo.