Albino Suárez ha adquirido la costumbre de regalarse un libro por cada cumpleaños. Sería una práctica más o menos habitual si no fuera porque es él mismo el que los escribe. Este año ha salido a la venta “Los que habitan el valle”, el volumen número 88 de la fecunda trayectoria literaria de este lavianés de 88 años. “Me levanto muy temprano, no salgo de farra y me apasiona escribir, así que, mientras pueda, voy a seguir haciéndolo”, explica con una sonrisa este minero retirado.

“Los que habitan el valle” está dedicado a Tiraña y es una compilación de “personajes, vecinos ilustres, drama y leyendas” de esta zona de Laviana, argumenta su autor. “Hablo, por citar algunos ejemplos, de Cándido Blanco Varela, que fue el promotor del tranvía de La Campurra, o de Alejandro Villar Varela, que fue conde de Laviana, el único título nobiliario que hubo en el concejo, y que hizo fortuna en Puerto Rico”. También se habla de cómo lo que es Tiraña, que abarcaba el coto de la familia de los Álvarez de los Asturias pasó al convento de San Vicente por una donación hecha por Rodrigo Álvarez de las Asturias. Lo hizo a cambio de que lo enterraran frente al altar mayor del convento; fue un negocio redondo para la Iglesia”.

Este último libro se suma a los dos sacados el pasado año por Suárez: “Aproveché el confinamiento para escribir bastante y rematar la publicación de dos libros que tenía pendientes”. Uno de ellos fue “La picaresca en las coplas”, un libro “curioso, que recopila coplas con tono humorístico sobre temas como el clero o las relaciones de pareja”, explica Suárez. El otro, que hacía entonces el número 87, fue “Alegato del río Nalón”, un volumen que recoge “episodios sobre las historias, los sucesos o los personajes que han estado relacionados con el río y con los concejos por los que pasa, especialmente en el tramo que va de Tarna a Langreo”. Todo ellos, como es habitual en el autor lavianés, aderezado con poemas propios y con abundante material fotográfico.

En los últimos años, Suárez se ha especializado como cronista y divulgador local, pero sus primeros pasos fueron de poeta. Nació en una modesta familia de Tiraña y comenzó a trabajar siendo muy joven. A los doce años machacaba grava con los pies en la carretera de La Faya los Llobos y antes de cumplir los 16 (falsificó la firma para poder acceder) empezó a trabajar como minero. En el pozo sus compañeros comenzaron a prestarle libros que Suárez devoraba. Cuando acababa la jornada en el pozo, se dedicaba a leer y a escribir. En 1959 se produjo su debut literario con el poemario “Horas lejanas”, publicado por la editorial “Rumbos” de Barcelona.

Donación

Desde entonces ha sacado a la luz 87 libros más, además de la revista “Alto Nalón”, que estuvo publicando durante años. Parte de ese material, junto con libros de otros autores han formado parte de la donación que recientemente hizo a la biblioteca de Pola de Laviana. “Han sido 22 cajas de libros, además de números que les faltaban de la revista ‘Alto Nalón’”, concluyó el escritor lavianés.