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El deterioro de las plantas actuales urge a impulsar la gran lavandería hospitalaria

Los centros del viejo HUCA y Cabueñes cuentan con una maquinaria de treinta años de antigüedad | El nuevo complejo añadiría 80 empleos

Lavandería del viejo HUCA, en una imagen de archivo. | Miki López

Las lavanderías de ropa hospitalaria que el Principado quiere reemplazar por una nueva planta centralizada están obsoletas, con una maquinaria en ambos casos (tanto en el viejo HUCA como en Cabueñes) con una antigüedad de treinta años. La puesta en marcha de esa lavandería centralizada que el Principado “explora” ubicar en las Cuencas, más concretamente, en el polígono de Modesta (Langreo)–, solventaría los problemas de averías que se generan. La nueva planta conllevaría unos 200 empleos, aunque solo 80 serían de nueva creación. El resto se corresponde con los trabajadores que actualmente hay en las lavanderías de Oviedo y Gijón.

La instalación del viejo HUCA funciona a doble turno de lunes a sábado y entró en servicio a mediados de los años setenta. Lava la ropa del actual HUCA, del hospital de Cruz Roja, del Monte Naranco y del Álvarez Buylla de Mieres, así como de varios ambulatorios y unidades de salud mental. La maquinaria tiene más de tres décadas de uso y está muy castigada. Por su parte, la lavandería del Hospital de Cabueñes, en marcha desde 1992, presta servicio a este centro y al Hospital Valle del Nalón, así como a ambulatorios de las áreas de Gijón y Mieres. La maquinaria funciona desde su apertura, hace casi treinta años. Empresas privadas se ocupan de la ropa del resto de hospitales y áreas sanitarias.

La gran lavandería industrial donde el Principado centralizaría la limpieza de toda la ropa hospitalaria de la región, así como la de los centros del mayores adscritos al ERA (Establecimientos Residenciales para Ancianos), que ahora se lleva a empresas privadas, tiene un coste estimado de doce millones de euros y daría empleo a unas 200 personas. En el caso de los puestos de trabajo, solo una parte serían de nueva creación, ya que muchos de ellos se corresponden con los que existen actualmente en la lavandería del viejo HUCA (unos ochenta) y en la de Cabueñes (unos treinta más).

La Consejería de Salud ya expuso en 2018 la necesidad de contar con una nueva instalación para centralizar la limpieza de la ropa hospitalaria “en el centro de Asturias, amplia, bien comunicada y con buenos accesos”, con el fin de facilitar tanto la recogida de ropa como su posterior distribución. Otra limitación relevante de esos equipamientos es que no tienen capacidad suficiente para asumir el tratamiento de la ropa sanitaria de toda la región: un promedio aproximado de 6.500 toneladas al año. También se indicaba hace tres años que, de esta actividad, el 40 por ciento se realiza en la lavandería de Oviedo; el 30 por ciento, en la de Gijón, y el resto, de modo externalizado a través de varias licitaciones diferenciadas por áreas sanitarias. La pretensión ya era entonces que la nueva lavandería estuviera dotada “del máximo nivel de automatización”. La planta estaría en disposición de gestionar mayores cantidades de ropa: entre 10.000 y 12.000 toneladas al año, cifras que sobrepasan las necesidades de la red hospitalaria.

Por eso se podría ofertar el servicio al organismo Establecimientos Residenciales de Ancianos (ERA) para tratar la ropa que generan las residencias dependientes de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales, se argumentaba entonces.

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