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Mieres redibuja la traza de Anasagasti

La rehabilitación de la Casa del Notario del Vigil y la construcción de un nuevo parque trasladan a la ciudad un siglo en el tiempo

La rehabilitada Casa del Notario Vigil.

Mieres ha sido durante el último siglo una ciudad en permanente transformación. El diseño actual de la villa se trazó en los años veinte del pasado siglo tras el fugaz paso de Manuel Llaneza por la alcaldía (1918-1921). El dirigente sindical puso en marcha un plan de obras municipal ambicioso con el objetivo de que los grandes beneficios del capital fabril se proyectasen en un progreso social y de mejora de la calidad de vida para la clase obrera. La tarea la asumió principalmente un arquitecto de origen vasco, Teodoro Anasagasti, al que se le encargaron varios proyectos residenciales, de carácter tanto público como privado. También le encomendaron la tarea de proyectar el actual parque Jovellanos.

Arriba, el nuevo parque de La Mayacina, ya con las obras muy avanzadas. Abajo, el diseño original del actual parque Jovellanos, antes de sufrir ajustes.

Un siglo ha pasado desde que Anasagasti diera forma a la ciudad moderna surgida de los hornos de Fábrica de Mieres. Una de sus principales construcciones, la Casa del Notario Vigil, acaba de reformarse tras haber estado en ruinas. Además, la ciudad en breve inaugurará un nuevo parque de grandes dimensiones, en la Mayacina. Mieres parece caminar tras las huellas dejadas por Anasagasti.

Mieres redibuja la traza de Anasagasti

“Ambas etapas pueden asemejarse por su compartida voluntad renovadora, pero siempre teniendo en cuenta la enorme diferencia de la magnitud de uno y otro periodo”, apunta la historiadora del arte María Fernanda Fernández, la principal divulgadora a nivel local de la herencia de Anasagasti. En su momento elaboró un informe para lograr la protección urbanística y cultural de los tres inmuebles, que se conservan en Asturias, proyectados y ejecutados por el arquitecto. El objetivo se alcanzó en 2008. Son las Casa Baratas, situadas en pleno centro de la ciudad, y los dos chalés de la Calle Numa Guilhou, ahora propiedad municipal. El mayor, la Casa del Notario Vigil, acaba de ser rehabilitada, y el Ayuntamiento le busca uso.

Las Casas Baratas y los chalés de la calle Numa Guilhou conectan Mieres con sus orígenes como ciudad. Los pabellones unifamiliares de la calle Numa Guilhou fueron un encargo privado, mientras que las Casa Baratas fueron un trabajo para la cooperativa de trabajadores de Fábrica de Mieres: “En este segundo caso, para entender lo singulares que fueron, basta compararlas con el resto de viviendas obreras que se ejecutaban en aquellos momentos, promociones en barras paralelas, lo que se conocía como cuarteles mineros”. María Fernanda Fernández destaca que “fueron la dignificación de la vivienda obrera. No había que expulsar a los obreros a la periferia”.

El parque original

Al tiempo, el Ayuntamiento encargó a Anasagasti el desarrollo de un gran parque. El proyecto tomó forma en 1919. Mieres tenía entonces una población similar a la actual, con unos 40.000 vecinos por los 38.000 de hoy en día. La actuación original fue tremendamente ambiciosa, sufriendo importantes recortes. El parque debía ocupar casi 120.000 metros cuadrados, limitado por las calles Marqués de Campo Sagrado (hoy Manuel Llaneza), Ernesto Guilhou (Numa Guilhou), las vías del ferrocarril Vasco Asturiano y el de Mina Baltasara, y por el río Caudal. La idea era habilitar, como recogen las crónicas municipales del momento, “un gran paseo al aire libre para carruajes y ciudadanos, un paso especial para carruajes, un paseo cubierto, jardines y masa de arbolado, caminos de enlace entre todos los elementos, vías de acceso y un estadio para deportes, juegos físicos y espectáculos al aire libre (musicales, cinematográficos, etc...)”. También se preveía una zona de recreo infantil con teatro guiñol, un edificio restaurante, y una cascada con estanque, mirador, kiosco, emplazamiento para monumentos, fuentes y motivos ornamentales.

Mieres inaugurará en breve su segundo gran parque urbano, y espera encontrar uso para la reformada Casa del Notario Vigil. Dos iniciativas que conectan con el Mieres de hace un siglo, con el de Teodoro Anasagasti.

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