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El futuro de los pozos está en el I+D+i: Invernaderos, “big data” y minicentrales eléctricas serían “viables” en el interior de las minas

Geólogos, informáticos e ingenieros coinciden en resaltar el potencial de los pozos l “Las galerías son espacios diferenciales”, dice el Principado

CARRIO, LAVIANA. INSTALACIONES DEL POZO CARRIO DE HUNOSA FERNANDO RODRIGUEZ

La minería del carbón es ya historia de las Cuencas. A pesar de que aún se extraiga mineral del pozo San Nicolás de Hunosa para alimentar a la central térmica de La Pereda, el de Mieres es el único pozo abierto en España. El resto de instalaciones han atravesado –o están en ello–, por un proceso de cierre y desmontaje de algunas instalaciones. Pero las galerías en las que miles de personas arrancaron carbón para producir energía y calor para los hogares pueden tener nuevos usos de futuro. Hasta la fecha han surgido varias propuestas para dar una nueva utilidad a las minas, para que puedan seguir siendo aprovechables en otros sectores. Desde el SOMA-FITAG-UGT y desde el propio Principado de Asturias se han puesto sobre la mesa varias iniciativas para dotar de una segunda vida a las minas. Propuestas que los expertos ven viables en mayor o menor medida y que en otros lugares del mundo ya se han ido desarrollando.

Quizá uno de los más llamativos es la posibilidad que está explorando el Principado para promover cultivos subterráneos en las minas. El propio Consejero de Ciencia, Borja Sánchez, fue el que se puso en contacto con varias empresas mineras para explorar esta posibilidad, que ya se está desarrollando, por ejemplo, en Reino Unido, donde una empresa ya está trabajando con cultivos hidropónicos (lo que se conoce como invernaderos), aprovechando los búnkeres de la segunda Guerra Mundial. Un plan que desde el Principado entienden viable en las galerías de las minas, al tener ya agua y la posibilidad de filtrar el aire. Los expertos entienden que las condiciones que ofrecen las minas asturianas en cuanto a temperaturas y humedad serían idóneas para el cultivo de pequeños huertos, aunque matizan que para que no hubiese un coste elevado fuera de mercado, los productos más adecuados serían los hongos. El geólogo Carlos Luque explica que en España ya hubo este tipo de experiencias, en concreto en la provincia de Huelva. “En unas minas abandonadas, la empresa Explosivos Riotinto puso en marcha cultivos de champiñones, y el proyecto fue relativamente exitoso”, señala el experto, para agregar que en el caso de las explotaciones de carbón asturianas, las condiciones serían incluso más favorables, ya que las onubenses eran minas de cobre y sulfuros, lo que provocaba más impurezas en las rocas, de las que hay en Asturias.

Otra de las propuestas de aprovechamiento de las minas asturianas, en este caso puesta sobre la mesa por el SOMA, es la de convertir los pozos en centros de “Big Data”, o lo que es lo mismo, en almacén de servidores con datos informáticos. Esta iniciativa ya se está llevando a cabo en otros países también en minas, y las galería de Hunosa tienen varios puntos a favor para poder albergar un centro de este tipo. Además de las condiciones de temperatura, que serían idóneas para poder tener refrigerados estos equipos que se suelen sobrecalentar. Aunque especialmente a su favor, las minas tienen la seguridad, ya que el acceso a la mina solo se puede realizar por la caña del pozo, y serían lugares prácticamente inexpugnables para mantener a salvo los datos y la información. Fernando Álvarez, director de la Escuela de Ingeniería Informática de Oviedo, señaló que “hay una cuestión a favor muy importante, que es la seguridad, la mina es una especie de búnker natural”. Sin embargo, el experto también ve puntos a resolver como “la humedad o la temperatura, ya que un centro de datos requiere unas condiciones muy específicas y las humedad es un enemigo de la electrónica”. Por otra parte, también hizo referencia Álvarez a la necesidad de garantizar un suministro eléctrico durante 24 horas al día y 365 días al año, y que venga de fuentes renovables, “algo que también se debería tener en cuenta”, tanto para el funcionamiento del centro de datos como para su refrigeración. De esta forma, entiende el director de la escuela ovetense, habría que poner en una balanza los problemas a resolver con las ventajas que puede tener instalar un centro de “Big Data” en una mina.

Entre los proyectos que se barajan para las explotaciones mineras también se enmarca la posibilidad de aprovechar los saltos de agua para crear minicentrales eléctricas, otra propuesta que salió del SOMA-FITAG-UGT. En un informe entregado por la central a Hunosa, que aseguró estar valorando esta posibilidad, se incluyen dos sistemas: por un lado el uso de tornillos hidrodinámicos y por el otro, turbinas de vórtice gravitacional. Los expertos también lo ven viable, y lógico. El decano del colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos de Minas del Principado de Asturias José Augusto Suárez, explicó “tiene su lógica, es una forma de aprovechamiento de los bombeos desde las minas”. Eso sí, afirma que “deberá de ser la empresa, en este caso Hunosa, la que valore el proyecto, pero desde luego es viable, y tiene mucha lógica poder aprovechar de esta manera los pozos”. El decano señala que hay experiencias similares en otros países como Australia, Reino Unido o Estados Unidos, aunque matiza que “si bien estas explotaciones no son como los pozos asturianos, sí que son proyectos que se pueden asemejar”. De esta forma, Augusto Suárez ve viable, en principio, esta propuesta para los pozos mineros asturianos.

La pandemia también se convirtió en una oportunidad para las explotaciones de carbón, y en su momento se plantearon como almacenes de vacunas, que fue derivando hacia la conversión de las instalaciones mineras en centros de acopio de todo tipo de material sanitario, algo para lo que las minas también estarían preparadas, no solo en su interior, sino también en todos los edificios anexos que existen en los pozos.

Y uno de los proyectos estrella para el aprovechamiento de las explotaciones cerradas es el Centro Nacional de Entrenamiento y Rescate (CNER) de Asturias, otra apuesta del SOMA y que es quizá el proyecto con visos de salir adelante. El sindicato plantea esta iniciativa en el Pozo Santiago, en Aller, y ya se ha presentado a los gobiernos central y autonómico, así como a Hunosa, ya que debería ser la administración quien lo lleve a cabo. El CNER podría crear entre 40 y 45 empleos directos, así como “muchos otros” indirectos.

Respaldo regional.

“La Consejería de Ciencia ya planteó en 2020 el aprovechamiento de las explotaciones mineras en desuso para instalaciones singulares vinculadas a la I+D+i. Se creó incluso una mesa de trabajo con las principales empresas mineras de la región”, subrayó el Consejero de Ciencia, Borja Sánchez, uno de los grandes valedores de la readaptación de los pozos mineros para otros usos.

El responsable regional explicó que “las galerías de explotaciones mineras son infraestructuras diferenciales para Asturias y tienen un recorrido para proyectos de I+D+i y eso es lo que estamos estudiando”. Y agregó que “barajamos que se pueda producir vegetales, tipo a la iniciativa de invernaderos bajo tierra que hay en Londres, que permitiría tener producción en lugares que no son habituales, pero estaría desestacionalizado”.

Para Sánchez, otra de las ideas válidas para los pozos es la de “un centro de innovación o una infraestructura tecnológicamente singular en un pozo minero y ahí entraría en juego la parte de la supercomputación, por un lado, pero estamos abiertos por ejemplo a un tipo de Sanford Research Facility –un laboratiorio subterráneo ubicado en Dakota del Sur, en EE UU–”.

Y como no, agregó, la geotermia, “donde tienes unos reservorios de agua con uso potencialmente industrial”. Para Borja Sánchez, “lo que está claro es que hay que buscar proyectos que puedan aprovechar los pozos mineros, y ahí tiene que estar la administración, porque lo lógico es que los proyectos sean público-privados”.

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