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Los ganaderos del Llosorio denuncian nuevos ataques del lobo contra su cabaña

Los productores ven inviable compaginar la actividad rural con la proliferación de cánidos

Los aullidos del lobo se fusionan en el monte Llosorio con las airadas quejas del sector ganadero. Los propietarios de reses denuncian que los ataques a la cabaña local, lejos de disminuir, van en aumento.

“La situación en insostenible, con una proliferación de lobos que hace muy complicado compaginarla con la actividad productiva del campo”, señalan desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) . Solo en estos pastos el lobo atacó el año pasado a cerca de 250 animales, la mayoría ovejas y cabras. Los ganaderos sostiene que los ataques a las reses no cesan en el entorno del monte Llosorio.

Los ganaderos han llegado a un punto de exasperación tal que el enojo empieza ya a tomar forma de indignación. “El lobo no tiene la culpa, ya que tiene que comer. El problema es de quien ha dejado crecer la población hasta tal punto que resulta incompatible con la ganadería”.

Medidas

Los ganaderos del Llosorio ya no soportan más sobresaltos y exigen al Principado medidas “eficaces” ante una población que consideran “peligrosa y descontrolada”. El recuento de animales muertos, desaparecidos o gravemente heridos ascendió el año pasado a 237 cabezas. La cifra incluye cinco perros pastores muertos: “El lobo tiene que comer, pero no se controla la población ni se pagan debidamente los daños”.

Los ataques de lobos en Mieres se localizan principalmente en las proximidades de Loredo. Toda la zona oeste del municipio, la que limita con los concejos de Morcín y Riosa, se ha convertido en un corredor en alerta roja. Los profesionales del sector denuncian que a lo largo de los últimos años han muerto centenares de reses debido a los frecuentes ataques de los cánidos y calculan que el coste de los daños asciende a decenas de miles de euros. Los productores exigen que las indemnizaciones recojan las pérdidas indirectas que provocan los ataques de cánidos salvajes. Ponen como ejemplo la leche que deben comprar cuando un ternero queda sin madre o los gastos veterinarios para cuidar a los animales que sobreviven.

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu está muy descontenta con la gestión de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado, a la que señalan como responsable de una situación insostenible en el tiempo.

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