El misionero del Sagrado Corazón, el padre Juan Alonso, primer beato del Alto Aller, fue recordado en una misa solemne en la iglesia de Santa María de Cuérigo al cumplirse el primer aniversario de su beatificación: él fue uno de los mártires de El Quiché (Guatemala), como también lo fueron sus compañeros los padres Villanueva y Gran y siete seglares, todos ellos hermanados por el martirio sin más delito que compartir sus creencias religiosas y la defensa de los pueblos indígenas.
A las doce y media de la mañana y con un templo a rebosar de personas dio comienzo la ceremonia, una misa concelebrada por compañeros y titulares de las distintas parroquias de Aller, ocupando la presidencia en el altar el párroco de Cabañaquinta, Jesús Agüeros, secundado por el delegado de misiones en Asturias, Pedro Tardón, gran conocedor de la obra de el homenajeado.
El templo de Cuérigo contó con una decoración especial, en la que destacaba una reliquia de el religioso allerano, que los asistentes pudieron ver aunque sin acercarse a besarla, también había un cuadro obra de un pintor guatemalteco en el que se representa a los diez mártires de El Quiché, uno de ellos el padre Juan Alonso. La epístola tuvo como protagonista al profesor laico, amigo de la familia del homenajeado, Jaime Alberti, mientras la homilía, que versó sobre la figura de el beato, la protagonizó el párroco de la capital de el concejo allerano.
La ceremonia en Cuérigo se adelantó un día para que todos los sacerdotes presentes pudieran cumplir sus obligaciones pastorales en sus distintos destinos este fin de semana, ya que la fecha oficial del aniversario de la beatificación es de la hoy, el 4 de junio, que coincide con los actos de recordatorio en El Quiché.
Los asistentes también rindieron un homenaje a Juan Alonso ante la placa de la calle que lleva su nombre en Cuérigo. Entre ellos, el hermano del beato, Arcadio Alonso. El religioso allerano se entregó en cuerpo y alma a la defensa de los derechos de los indígenas de Guatemala. Murió asesinado por defenderlos, y su recuerdo sigue muy presente allí donde estuvo.
