La iglesia parroquial de San Martín de Moreda acogió ayer por la tarde el funeral por Cipriano Alonso. Este minero jubilado era natural de Palencia, aunque pasó casi toda su vida en Oyanco. En agosto de 1989 fue uno de los pocos asturianos que tuvieron la oportunidad de entrar en contacto con el Papa Juan Pablo II, durante la visita del Pontífice a la región.

Cipriano Alonso y José Domingo Díaz recibieron una llamada de don José Argelio, entonces párroco de Moreda, cuando solo faltaban unos días para que el Papa visitara Asturias. Fueron asignados como representantes de la mina para llevar unas ofrendas, entre ellas una piedra de carbón y una lámpara de mina.