Herencias, alquileres "sin control" y viviendas baratas: las claves de los problemáticos "narcopisos" en las Cuencas

Los vecinos piden la intervención de los ayuntamientos, con la adquisición de inmuebles para ofertar a jóvenes de las Cuencas

Un bloque de pisos en Santa Marina, Mieres.

Un bloque de pisos en Santa Marina, Mieres.

Pisos heredados, alquileres "sin control" y vivienda barata. Estas son las claves de una problemática acuciante en las Cuencas: la proliferación de "narcopisos" -viviendas en las que hay "trapicheo" de drogas- en las antiguas barriadas mineras. El precio en estos barrios, según uno de los principales portales inmobiliarios (Idealista), es hasta un 30 por ciento más bajo que en el centro de las principales localidades de los valles del Nalón y el Caudal. Los vecinos reclaman la intervención "inmediata" de las administraciones locales para evitar que se formen "guetos". Ponen una iniciativa sobre la mesa: que los ayuntamientos o las administraciones con competencias adquieran las viviendas más económicas y las oferten con alquileres para jóvenes de la zona.

En cifras. Según los datos del portal inmobiliario, el precio de venta de la vivienda ofertada en el barrio de Santa Marina (Mieres) es de 611 euros por metro cuadrado. En el centro de Mieres, según la oferta de la página web, supera los 900 euros. En Pénjamo (Sama), es posible adquirir un piso de 60 metros cuadrados por poco más de 30.000 euros. Por poco más, una vivienda de tres habitaciones en Riaño. Los alquileres también están a la baja: una media de 200 euros, frente a más del doble en el centro de las localidades.

"Esta situación está generando que el perfil del vecindario esté cambiando", apunta el presidente de la Agrupación Vecinal de Mieres, Arsenio Díaz Marentes. En los últimos años, añadió, se han alquilado la mayoría de los pisos que estaban vacíos en barrios como Santa Marina o las barriadas de Santa Cruz y Figaredo. "Las alquilan, generalmente, descendientes de los primeros propietarios. En muchos casos son personas que ya no están vinculadas a Mieres y, por lo tanto, no hay un control dentro del propio vecindario", apuntó Díaz Marentes.

¿Qué hacer entonces? "A los propietarios poco se les puede pedir porque, evidentemente, no tienen un escáner para conocer a la persona que tienen enfrente cuando los alquilan", señala el presidente de la Agrupación Vecinal. Además, en muchos casos, "son ellos los primeros que sufren las consecuencias; con impagos o daños en el inmueble". Las fuerzas de seguridad, añadió, "tampoco pueden saber lo que ocurre dentro de cada domicilio".

Vivienda joven

Es por eso que, desde su punto de vista, es "de vital importancia" que medien las administraciones locales. "Llevamos ya tiempo pidiendo al Ayuntamiento de Mieres una solución". Y lanzan su propuesta: "Las viviendas son realmente baratas y podrían ser adquiridas por los ayuntamientos". Luego, con esos pisos, "se podría generar un banco de vivienda de alquiler para la gente joven de los municipios mineros". Desconoce la situación en otros concejos pero, en Mieres, "muchos quedaron fuera de la última promoción pública de pisos, en los alquileres de La Mayacina".

Los requisitos para acceder a esta vivienda, desde el punto de vista de la Agrupación Vecinal, tendrían que ser claros. "Gente joven, que esté iniciando la vida independiente, con trabajo y que quieran asentarse en el concejo". Si las administraciones no toman medidas pronto, según Díaz Marentes, "podría generarse un grave problema social". Y apuntó que "ya estamos teniendo los primeros avisos, no tendríamos que esperar a que fuera demasiado tarde".

"Avisos", como algunos de los últimos sucesos que han tenido lugar en las Cuencas. El más sonado fue el de una vecina de Santa Marina, María del Carmen García, a la que mataron a golpes en su piso de la barriada obrera. El presunto autor de los hechos, tras una diligente investigación de la Policía Nacional, ya está en la cárcel de Asturias. Se trata de D. H. R., vecino de Ciaño.

En este distrito langreano, precisamente, hubo una fuerte movilización social contra un grupo de personas que estaban "atemorizando" al barrio. Uno de ellos es el joven que fue detenido como sospechoso por golpear con un martillo en la cabeza a una mujer que estaba haciendo deporte en la senda fluvial. "Son solo ejemplos, la punta de un iceberg profundo. Se están sucediendo los conflictos y alguien tiene que tomar cartas en el asunto", concluyó ayer Díaz Marentes.

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