Un hombre apuñala a una quiosquera de La Felguera cuando se dirigía a abrir su negocio: "Fue un susto muy gordo"

La mujer, herida en un glúteo, fue asaltada en la calle por un joven que portaba una navaja, "te pincho", le dijo, si no le daba su dinero

El negocio de la quiosquera, con el pantalón que vestía, lleno de sangre.  | A. Velasco

El negocio de la quiosquera, con el pantalón que vestía, lleno de sangre. | A. Velasco

A. Velasco

Suceso en La Felguera. A. G., que regenta desde hace nueve años un quiosco en el barrio de La Pomar, resultó herida esta mañana cuando se dirigía a abrir su negocio. El motivo: fue asaltada por un hombre, "un joven, veinteañero". Forcejeó con él y le clavó una navaja en el glúteo. Recibió tres puntos de sutura. "Fue un susto muy gordo", explica la víctima del asalto, que pese a todo, fue a abrir su quiosco: "Tengo que vender los periódicos, es mi trabajo".

La mujer caminaba por el barrio de La Concordia, en dirección a La Pomar, donde está su negocio. En ese momento, un joven se plantó ante ella, navaja en mano, diciéndole "te pincho", y exigiéndole dinero. "Todavía no había entrado ni al quiosco". Un forcejeo, y acabó con la navaja clavada en el glúteo, su pantalón blanco ensangrentado. Llamó al 091, "no me lo cogieron en el momento", un hombre que estaba en un coche "se ofreció a llevarme al centro de salud". Allí fue atendida, y mientras la curaban, "llegó ya la Policía Local", que se interesó por lo ocurrido. "Llamé también a mi hijo, y a mi hija, que vino a cubrirme y abrió el quiosco". Mientras, "fui a poner la denuncia" a la Comisaría de la Policía Nacional.

El lugar donde se produjo el apuñalamiento, en el barrio de La Concordia. | A. Velasco

El lugar donde se produjo el apuñalamiento, en el barrio de La Concordia. | A. Velasco

El joven, afirman los vecinos, "ya intentó atracar a un señor en la misma zona, hace unos días". Piden mayor número de efectivos policiales, "sentimos inseguridad. Hay pocos agentes, los que hay hacen un gran trabajo, pero es que son pocos".

Tras salir del centro de salud con tres puntos de sutura, A. G. decidió "ir a trabajar". "Es mi negocio, mi trabajo es vender los periódicos y revistas". "Esperemos que cojan a quien hizo esto", resaltaron los vecinos.