Bajo el sol de la historia

Tres imprentas de Sama en el siglo XX (III): La Moderna

Julio José Rodríguez

Julio José Rodríguez

"La Industria Hullera" fue reeditada en el 2000 por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas, siendo su decano Luis Carlos P. Vilaboa. El ejemplar utilizado para la edición facsimilar fue el de Ricardo Sánchez. A Mercedes Mateos, autora de la nota con la que se abre el libro, le facilité también algunos datos inéditos hasta entonces.

Tres imprentas de Sama en el siglo XX (III): La Moderna

Tres imprentas de Sama en el siglo XX (III): La Moderna / Julio José Rodríguez Sánchez

La Moderna editó una serie de postales con vistas de Sama que tuvieron muy buena acogida. Son postales en blanco y negro de la calle Dorado y del parque, y de la plaza de España y de La Salve. Son postales de magnífica calidad.

Purificación Tomás, un tal Capolillo y un desconocido se presentaron en la librería el 7 de noviembre de 1936. Mi madre atendió a los comisionados por enfermedad de mi abuelo. El desconocido se presentó como delegado de Instrucción Pública del Partido de Laviana y dio lectura al acta de incautación: "en la Librería La Moderna, propiedad de D. Ricardo Sánchez, con objeto de dar cumplimiento al Decreto del Departamento de Instrucción Pública del Frente Popular de Asturias fecha 21 de octubre del corriente año, referente a la incautación del material escolar y de escritorio existente y requerido su dueño D. Ricardo Sánchez y enterado del documento del Departamento de Comercio que autoriza dicha incautación, se procedió a formar el inventario del material escolar y de escritorio existente en dicho establecimiento, quedando todo ello en calidad de depósito hasta que el Departamento de Instrucción Pública determine lo que proceda". En el acta figuraba la palabra "incautación", en el inventario se escribió "requisado".

Horas después, con Capolillo al frente, llegaron dos camionetas con varios milicianos y cargaron el material incautado. Un camión salió con rumbo al Ayuntamiento y el otro para Mieres, según contó mi madre.

La Federación Local de Sociedades Obreras de Sama y el Sindicato de Oficios Varios de UGT, dirigieron un escrito a Ricardo Sánchez dando cuenta de que, por orden de la Dirección General de Asturias y el gobernador de Asturias y León, a partir de ese momento "los talleres tipográficos de su propiedad pasan a ser controlados por la Junta Administrativa, que está compuesta por cinco de los obreros que trabajan en esa industria, y que ha sido nombrada oficialmente por el Sindicato correspondiente, haciéndole saber que de dicha Junta pasa usted a ser miembro". Se señala que "el patrono pasa a ser un obrero más" (…) "percibirá un salario diario pues el tanto por ciento que tenía Vd. a percibir, en estas circunstancias no existe" (…) "si hubiera superávit, este pasaría a gastos de guerra". Y concluye: "Se hará un inventario de todos los enseres y maquinarias que haya en el taller, pasando una copia a poder de usted y otra al Departamento de Industria" La fecha es del 7 de diciembre de 1936.

Cerramos este asunto dando cuenta de una cuartilla que lleva como título "Importe de la obra ejecutada en los talleres tipográficos de La Moderna de Sama" en el que se detalla: "Producción por todos los conceptos, pesetas…17.007, 60. Gastos incluidos jornales, pesetas…15.610, 55. Diferencia… 01.393, 05. Facturas pendientes de cobro…4.290, 00. La presente liquidación comprende desde el 1 de diciembre del año 1936 hasta el 31 de marzo de 1937".Debajo aparece un sello que dice: Imprenta Moderna. UGT. Cte. de Industria. Sama de Langre.)

Ricardo Sánchez, como tantos, se encontró con la resaca bélica. Escaseaban el papel y las tintas y había que pagar las nóminas, así que decidió solicitar una licencia para abrir un comercio de ultramarinos. La Permanente municipal, en sesión del 8 de marzo de 1938, acordó concedérsela "previo pago de los impuestos establecidos".

En junio, el alcalde dirigió a La Moderna un escrito en el que "para facilitar los donativos para fines benéficos y para la Suscripción Nacional, a los que todos debemos contribuir en proporción a nuestros ingresos, ruego a V. dé las órdenes oportunas para que desde principios del presente mes se descuente un día de haber mensual a todo el personal, obrero y empleado de esa industria, que cobre en nómina de la misma (,,,) "incluso los accidentados"

La Moderna, ese mismo año, recibió el encargo de imprimir un curioso folleto de Falange Española Tradicionalista y de las JONS en el que se exponían Los Fundamentos del Estado Nacionalsindicalista, el Juramento de FET, sus estatutos y fragmentos de alocuciones de José Antonio.

En 1941, siendo interventor de Fondos Sagar Fernández Suárez, La Moderna editó un folleto de 94 páginas donde figuraba la Memoria y el Presupuesto Municipal Ordinario de gastos e ingresos del Ayuntamiento de Langreo que ascendía a 2.076.561. 28 pts, y que era el de mayor cuantía de su historia.

Ricardo Sánchez falleció el 15 de febrero de 1945 a consecuencia de una crisis cardiaca, problema que venía padeciendo desde años atrás. Fue entonces cuando su viuda, Artemia Castaño, se puso al frente del negocio. Mujer activa y de carácter, viajaba a Bilbao Santander y Madrid para negociar la compra de papel y objetos de escritorio, así como para adelantar pedidos. Cuando ella lo decidió les pasó los negocios a sus hijos.

Mi abuela debió ser pionera en poner en marcha una actividad artesanal realizando plumeros, sombreros y caretas de cartoncillo, cartulina y papel. Dibujaba los patrones de los sombreros, cónicos y truncados, los recortaba y los montaba envolviéndolos en papel crespón que pegaba para luego decorarlos con papeles de colores en forma geométricas, marcaba relieves con papelillos de colores y les ponía una goma para sujetarlos por debajo de la cara. También "fabricaba" huevos rellenos de confeti que cerraba con un papel de seda. Esta era la primera fase. Una vez tenía cuarenta o cincuenta, les dada con una brocha una mano de engrudo y seguidamente los metía en una caja grande para "rebozarlos" en diminutos papelillos brillantes de colores. Concluía con el secado. Hacía bolsas de tarlatana de distintos tamaños que llenaba de confeti que ella misma fabricaba utilizando las tiras y los rebarbes del corte de papel en la guillotina. La venta por carnaval, bailes de fin de año o fiestas infantiles dejaban pingües beneficios, por extraño que parezca, En aquel entretenimiento colaboraban parientes y amigas de mi abuela, Y todos guardábamos los papeles de los caramelos, bombones y chocolatinas que, bien picados, eran sucedáneos de la purpurina, que también utilizaba.

Artemia Castaño falleció el 14 de mayo de 1969. Fue una mujer a la que nada se le puso por delante, gran cocinera –era don de familia– y muy espléndida y solidaria. Si se sabía y si se conocía esta faceta era porque lo contaban las personas agradecidas, nunca por ella. Por desgracia no llegué a conocer a mi abuelo

En La Moderna se editaron libros, monólogos en bable, portfolios de diferentes Comisiones de Fiestas del Valle, al igual que el último catálogo del Certamen Internacional de Cine Cultural de La Felguera, el de la sexta edición de 1967. Recibía encargos del Ayuntamiento, empresas mineras, metalúrgicas y de otros ramos de la zona, por la maquinaria que la hacía tan competitiva. En los años setenta empezó a dar señales de fatiga y así y todo continuaba siendo importante.

La Moderna fue una empresa de la que salieron varios trabajadores que se establecieron por su cuenta. Dos en Sama, la Imprenta Cervantes y Gráficas Válmen, otro en Pola de Laviana y un cuarto fuera del Valle.

La representación de todos los trabajadores de La Moderna desde 1928 a 1982. Creemos justo que la ostente las cuatro mujeres que en ella trabajaron: Lola Betegón, la única que trabajó en los talleres como ejemplar cajista, formada con su padre Gaspar Betegón que fuera propietario de una pequeña imprenta en Sama ; Finita Iglesias y Ana María Fernández, familiares muy queridas y Concepción Huerta, hija de un trabajador de la imprenta. Personas de casa, como antes se decía.

Siempre existió un buen ambiente entre el personal. Mi tío Oscar, dirigía el taller y hacía de cajista, Ricardo se ocupaba de secciones complementarias, José María traía el trabajo por sus contactos y Rogelia, mi madre, con la carrera de Comercio terminada, se ocupó de la librería y de la facturación desde muy joven hasta 1982. Ellos junto a Julio y María Josefa, fallecidos ambos en 1936, y sus padres Ricardo y Artemia fueron los protagonistas a lo largo de más de cincuenta años de una empresa familiar emblemática: La Moderna.

Esta ha sido una historia a la que me siento tan unido que escribirla me ha deparado innumerables recuerdos y entrañables sentimientos.

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