Morcín tramita la licitación de la renovación del fallido museo de los Quesos de La Foz por 1,4 millones

El Ayuntamiento busca dar vida a un equipamiento que lleva quince años cerrado tras invertirse casi millón y medio de euros en 2008

Andrés Velasco

Andrés Velasco

La Casa de Cultura de Moreda acogía la pasada semana una jornada sobre Transición Justa y los fondos que llegan desde Europa a través de los planes de Transformación y Resiliencia. Y entre los ejemplos que se citaron en el acto se encontraba el Museo de los Quesos de la Foz de Morcín. Un equipamiento que se entregó al Ayuntamiento -entonces en manos del PSOE- en el año 2008, y que lleva tres lustros sin ninguna actividad. La inversión entonces, llegó casi al millón y medio de euros, y quedaron pendientes otros 800.000 para su equipamiento, pero fueron de las partidas eliminadas por Mariano Rajoy cuando llegó a la presidencia de España. Quince años después de estar achatarrándose, el Ayuntamiento recibía una gran noticia: se les habían concedido 1,4 millones para la rehabilitación del edificio y la puesta en marcha de un proyecto para usos múltiples de esta mastodóntica construcción.

El Alcalde de Morcín, Mino García, explicó que durante los próximos días se ultimará la redacción de los pliegos de condiciones para sacar a licitación el proyecto. "Tenemos que tenerlo listo antes de final de año y la ejecución se llevaría a cabo durante 2024", explicaba el regidor a LA NUEVA ESPAÑA. García rehúye ya del término Museo de los Quesos, primer nombre del proyecto hace más de quince años. Porque ahora, las tolvas del Monsacro acogerán algo totalmente diferente: un edificio polivalente que haga las veces de casa de Cultura, de centro de digitalización y nuevas tecnologías y, en una pequeña parte, dejar un espacio para el proyecto original: una pequeña muestra sobre los quesos asturianos.

Vandalismo

El fallido Museo de los Quesos Asturianos arrancó con mal pie ya desde las obras de construcción, que se iniciaban en el año 2006. Sin embargo, esta reforma de las tolvas del Monsacro tuvo varios episodios críticos respecto al desarrollo de los trabajos, con problemas con las diferentes empresas a las que se tuvo que ir adjudicando el proyecto. Con la recepción del otrora planteado como museo en 2008 parecía que se terminaba el calvario, pero nadie sabía que aquello no había hecho más que empezar.

Una de las entradas al fallido museo morciniego, con los cristales rotos.

Una de las entradas al fallido museo morciniego, con los cristales rotos. / A. Velasco

Porque después de los dos años de obra llegaría un transitar por el desierto de otro trienio sin fondos para el equipamiento. Consignados en las partidas de los antiguos fondos mineros, pero que no se acababan de firmar en un convenio. Y cuando todo parecía desbloqueado, el Gobierno de Mariano Rajoy decidía suprimir aquellas partidas de reconversión minera, por lo que los 800.000 euros que esperaba Morcín se quedaron en el aire.

A partir de ahí llegaría la parte más dura: ver achatarrarse durante años una impresionante obra de ingeniería para integrar un moderno edificio en el corazón de la sierra del Aramo. El paso del tiempo hizo parte de su trabajo: la carpintería metálica achatarrada, inundaciones, suelos abombados... Una juventud complicada para el inmueble. Pero también la mano del hombre, o más bien del vándalo, hicieron mella en el fallido museo. El edificio de las tolvas del Monscaro sufrió repetidos ataques, que fueron desde la rotura de cristales, hasta el robo de material o las pintadas en sus paredes.

Pintadas en el interior del edificio.

Pintadas en el interior del edificio de La Foz. / A. Velasco

Ahora, tras 15 años en un estado comatoso, parece que la cura ha llegado para este equipamiento en forma de fondos de Transición Justa. El coste del tratamiento no será barato, 1,4 millones de euros, pero el trabajo del gobierno municipal de presentar una receta con un proyecto atractivo ha permitido que se hayan concedido los estos fondos en concurrencia competitiva con otros ayuntamientos. El Museo de los quesos de La Foz será un mal recuerdo, y dará paso a un equipamiento polivalente que será único, especialmente por su ubicación, en Asturias.

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