Langreo gastará 835.000 euros en el Museo de la Siderurgia, pero sin ampliar las instalaciones

Los fondos europeos se destinarán a pintar el refrigerante, sustituir el cierre exterior, mejorar contenidos y exponer dos máquinas ferroviarias

El Museo de la Siderurgia, en una imagen de archivo.

El Museo de la Siderurgia, en una imagen de archivo. / Miguel Á. Gutiérrez

Miguel Á. Gutiérrez

Langreo ya tiene decidió qué hará en el Museo de la Siderurgia con la partida de 835.000 euros que le corresponden para esta actuación en el marco del plan de sostenibilidad turística del Valle del Nalón, financiado con cuatro millones de euros procedentes de fondos europeos. Las labores se centrarán en la mejora del antiguo refrigerante que alberga el equipamiento cultural, pero no se recuperarán más edificios para ampliar el actual espacio expositivo. Esta planificación choca con la petición de los promotores del museo, la Asociación Musi-Pedro Duro, que ha venido reclamando de forma insistente la recuperación de varias edificaciones de la primitiva fábrica de Duro.

El Museo de la Siderurgia se abrió en 2006 en un espacio, el antiguo refrigerante de la factoría de Duro, que fue pensado inicialmente como centro de recepción de un futuro museo más grande. Esas expectativas iniciales no llegaron a cuajar y la superficie destinada a la exposición no ha crecido en los últimos años. Los responsables del gobierno local detallaron que los fondos europeos se destinarán a pintar el refrigerante y acometer pequeñas mejoras, a renovar el cierre exterior, y a ampliar o mejorar el contenido expositivo. También se expondrán dos antiguas máquinas ferroviarias que ya han sido reparadas, la locomotora Pedro Duro y la grúa «La Leona».

No se incluye, por tanto, la rehabilitación de más edificaciones, un planteamiento que no satisface a los responsables de la Asociación Cultural Musi-Pedro Duro, la entidad que promovió la creación del Museo de la Siderurgia. El colectivo ha demandado en reiteradas ocasiones que los fondos se dediquen de forma íntegra a recuperar los edificios de la vieja fábrica de Duro ubicados junto al refrigerante. En septiembre del pasado año, la asociación instó a «restaurar y adecuar» el edificio conocido como el «Grupo Illgner», el taller de ajuste, la sala de compresores y las antiguas oficinas de laminación, y «dotarlos de un contenido expositivo que sirva como el complemento necesario para revitalizar y poner en valor el primer Museo de la Siderurgia de España».

Intervención urgente

Los responsables de la entidad entienden que todo ese patrimonio requiere «una intervención urgente de restauración y dotarlo de un contenido atractivo que justifique su conservación». La Asociación Musi también ha planteado otras propuestas como la creación de un mirador en el refrigerante o la realización de los estudios previos para que la estación de Vega se convierta, una vez que quede en desuso tras la entrada en funcionamiento del trazado soterrado de Feve, en el centro de interpretación del ferrocarril de Langreo. La entidad trasladó sus propuestas a partidos políticos, sindicatos y empresarios. Y también pidió a Duro Felguera que colabore aportando documentos, fotografías y elementos expositivos que puedan ayudar a complementar el despacho de Pedro Duro que tiene el Musi.

La gestión del Musi corresponde a la UTE Sadim-Global, la unión de empresas que se hizo con el contrato para la gestión conjunta del Ecomuseo Minero del Valle de Samuño y del Museo de la Siderurgia. La UTE que explota los dos equipamientos culturales recibe 170.000 euros anuales del Consistorio y de la Fundación Musi, aunque esa cuantía se reduce en el caso de no cumplir con el mínimo exigido de visitas. A esta cifra se suman las ventas de entradas, de souvenirs y los ingresos de los bares de ambas instalaciones, así como de otras actividades, entre las que figura la organización de eventos.

El objetivo que se marcó el Ayuntamiento al unificar la gestión de los dos espacios museísticos fue optimizar recursos y obtener un mayor flujo de visitantes. El mínimo de visitas fijado para el Ecomuseo Minero Valle de Samuño es de 21.000 y para el Museo de la Siderurgia, de 2.500. Si se llega o superan esos registros la empresa percibe por el primero 120.000 euros y 50.000 por el segundo.

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