Texeo aspira a convertir su milenaria mina en un albergue con visitas guiadas

El Ayuntamiento de Riosa buscará una última inversión en Rioseco para acondicionar los edificios del poblado como espacio de alojamiento

El mirador del poblado minero de Rioseco. | LNE

El mirador del poblado minero de Rioseco. | LNE / David Montañés

El poblado industrial de Rioseco, en Riosa, se integra en un paraje que conforma el asentamiento minero más antiguo Europa. Las minas de Texeo iniciaron hace ya casi una década un proceso de reconversión turística que, aunque lentamente, busca convertir la sierra del Aramo en un imán para quienes visitan la región. La reciente descontaminación de los terrenos gracias a una inversión de 1,2 millones pone el proyecto en lo que podría definirse como su rampa de lanzamiento. El último paso necesario para iniciar la explotación turística de la milenaria mina pasa por acondicionar los tres edificios que integran el poblado y que ya fueron en su momento rehabilitados, por lo que su estado es bueno.

El alcalde de Riosa, Roberto Álvarez, asume que la transformación de las minas de Texeo en un referente turístico que genere un polo de atracción junto al imán del puerto ciclista del Angliru depende de una última inyección inversora. El objetivo del Ayuntamiento, según explica el regidor, es lograr una última subvención para abordar el acondicionamiento de los tres, inmuebles ya rehabilitados externamente, que perviven del viejo poblado. "El último paso sería sacar a licitar su gestión como albergue", señala el máximo responsable municipal.

El Ayuntamiento tiene depositadas grandes esperanzas en el aprovechamiento turístico de las minas de Texeo. "Se trata de un enclave con un gran atractivo y valor histórico, por lo que pensamos que tiene potencial para la organización de visitas guiadas que den a conocer todo el entorno", apunta Roberto Álvarez.

En Texeo están los orígenes de la minería subterránea en Asturias y el misterio de los restos humanos encontrados en ellas –su aparición se vincula con posibles ofrendas rituales– añade interés al enclave, un filón que el Ayuntamiento de Riosa quiere explotar de cara a atraer turistas al concejo. En 1888, el entonces director de Fábrica de Mieres, el holandés Alejandro Van Straalen, descubrió por casualidad las minas de cobre prehistóricas de Texeo y junto a otros cuatro socios creó la empresa Minas del Aramo para explotarlas. En 1893 se iniciaron las obras del poblado de Rioseco, al pie de las minas de montaña, y cuatro años después se constituyó la compañía The Aramo Cooper Minas Ltd., de capital inglés, que dio el impulso definitivo al proyecto y dejó su huella en el poblado, construido al más puro estilo británico. Las minas, que pasaron por diferentes manos, se mantuvieron abiertas hasta principio de los años 60 del pasado siglo. Luego, durante casi medio siglo más, permanecieron en el olvido

El primer paso para recapitular el legado minero de Rioseco se dio hace ya más de diez años, cuando se acordó la rehabilitación del poblado. Las obras se centraron en la restauración de tres de los cinco pabellones de dos alturas que quedan en pie y que fueron empleados como oficinas, cantina, economato, viviendas y cuadras vinculadas a la mina de cobre. Las mejoras se retomaron en 2015. Lo más relevante fue la construcción de un espectacular mirador en la zona alta de la explotación. La prestigiosa plataforma internacional ArchDaily subrayó la estética de la infraestructura poco después cuando nominó el mirador riosano para "Edificio del año" ("Building of the year") en la categoría de "instalaciones y pequeña escala". Desde esta azotea se ve ahora un espacio descontaminado que busca ser un referente turístico.