Un instituto de máxima seguridad: así genera vocaciones la Guardia Civil en el IES de Aller

La Guardia Civil exhibe en el IES Valle de Aller la actividad de hasta nueve de sus especialidades, con el ánimo de fomentar vocaciones

Un agente muestra a un grupo de alumnos el manejo de un escudo antidisturbios. | D. M.

Un agente muestra a un grupo de alumnos el manejo de un escudo antidisturbios. | D. M.

El Ministerio de Educación y Ciencia y el Ministerio de Interior acordaron en 2006 instituir con carácter permanente el "Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos". El programa busca mucho más que velar por generar espacios libres de acoso , violencia de género o bandas escolares. También se ofrece, por ejemplo, orientación profesional a los jóvenes estudiantes. Los alumnos del IES Valle de Aller de Moreda tuvieron ayer la oportunidad de conocer el funcionamiento de hasta nueve especialidades de la Guardia Civil.

Un estudiante se coloca el equipo de operaciones subacuáticas. | D. M.

Un estudiante se coloca el equipo de operaciones subacuáticas. | D. M. / David Montañés

"Lo que más mola son los perros y los drones". Ese era el sentir general, aunque los estudiantes descubrieron actividades que acabaron por sorprenderles, como los equipos de rescate subacuático, con sus sofisticados y pesados equipos de buceo, que pudieron incluso probar, aunque en seco: "No creo que aguantase una clase entera con esto puesto", señalaba uno de los alumnos de bachiller.

Samuel García, en una moto de Tráfico. | D. M.

Samuel García, en una moto de Tráfico. | D. M. / David Montañés

El equipo Pegaso es el acrónimo de Policía Especialista en Gestiones Aeronáuticas y Seguridad Operacional. Básicamente se dedica al control, supervisión y vigilancia de todo lo que tiene que ver con drones y aviaciones ligeras. Los alumnos del IES Valle de Aller conocieron ayer que la Guardia Civil trabaja con hasta cinco tipos de drones diferentes. "También tienen un inhibidor muy potente que utilizan cuando quieren controlar espacios que van a ser visitados por autoridades, como un presidente o un jefe de estado", apuntan los estudiantes tras pasar por las manos de los agentes, que amplían la información. "El inhibidor tiene un radio de funcionamiento de un kilómetro y te ofrece diversas opciones de actuación, como facilitar que el piloto del dron interceptado se queda sin imagen en la pantalla, pudiendo también desactivar directamente el control". El sargento primero Plácido Pérez es el responsable de la unidad: "Algunos drones vienen equipados con cámaras térmicas, que permite detectar el calor de seres humanos y animales, algo muy útil en búsquedas con problemas de visibilidad".

La dirección del IES Valle de Aller acabó encantada con el despliegue de la Guardia Civil en el instituto: "Mantenemos una constante colaboración y una gran relación con el cuerpo", destacan los docentes. La actividad se centró en la organización de una exposición estática de medios del cuerpo y una exhibición de determinadas especialidades, para mostrar, tanto a alumnos como al personal docente, el grado de cualificación de los componentes de las unidades, así como los medios técnicos y materiales disponibles. "Lo que se busca es que los jóvenes conozcan mejor el trabajo de la Guardia Civil y, en los casos que haya vocación, fomentarla para que nos valoren como una posible salida profesional", explican los mandos.

Huellas dactilares

Los alumnos alleranos pudieron participar en numerosas actividades. La policía científica les explicó de forma práctica cómo conseguir unas huellas dactilares durante la investigación de un delito. Algunos estudiantes pudieron incluso poner en practica la teoría. "Si sigues los pasos acaba saliendo", apuntan. Otros optaron por actividades más ruidosas. Los agentes del destacamento de Tráfico permitieron a los estudiantes subirse a sus vehículos, incluidas las muy demandadas motos. Samuel García fue de los primeros en hacer rugir el motor. Incluso pudo calarse una gorra de la Guardia Civil. Solo le faltó echarse a la carretera. En su caso tiene vocación militar, aunque parece decantarse por el Ejército. "Mi intención es entrar en la academia de suboficiales. Mi plan es estudiar el grado de Formación Profesional que me requieren y luego intentar acceder", apunta este joven de 16 años natural de Caborana.

La Guardia Civil mostró en Moreda su rostro más didáctico. Los estudiantes contaron que los agentes, como ellos ahora, tuvieron que formarse para desempañar sus actuales funciones. "Son simpáticos, aunque el uniforme impone", comentaba un grupo de alumnos mientras observaba a varios agentes enseñando a sus compañeros a intervenir con escudos.

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