La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¡Alegría, María!

La distribución de los premios de la lotería de Navidad, que han tocado a mucha gente necesitada

Con esa fe y esperanza, según desperté a primera hora de la mañana de este pasado día 22 de diciembre, puse la radio con el fin de escuchar el rutinario cantar de los niños del Colegio San Ildefonso de los números y premios de la extraordinaria lotería de Navidad, esperando que alguno de los premios gordos cayesen en mi poder.

Pero, por supuesto, esto no fue así, y hasta el año que viene, Dios mediante, que si me queda algún euro de remanente pueda comprar un triste décimo con la misma fe y esperanza que este año que ahora se fulmina.

Sin embargo, cuando los noticiarios de la televisión sacaron las imágenes alegres de los lugares en donde tocaron esos premios gordos (o más que decentes) me alegré por lo bien repartidos que quedaron. Inmigrantes, personas con dificultades económicas, hipotecadas, incluso un hombre mayor que afirmaba que con tal tuviese para tabaco...

La mayoría de los premiados por la lotería piensan y dicen lo de "tapar agujeros", que es algo así como remediar ciertos males, pero que no suele dar para mucho. Pero lo dicho, he visto en la televisión mucha sonrisa, más bien carcajada, derroche de botellas de cava y sidra achampañada sin alcohol, que a todos producía bienestar.

Y aunque personalmente a mí no me tocó ni un reintegro, si me emocionó el buen reparto de los premios de este año entre los necesitados.

Compartir el artículo

stats