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Hace 70 años

El presidente entonces de Estados Unidos, Harry Truman, concedió un Jeep en 1948 a unos jóvenes alleranos

En 1948, hace casi 70 años, cuatro chavales de Cabañaquinta tenían en común que sus nombres y apellidos empezaban por la letra M (Manso, Mino, Muñiz, y Mallada ) frecuentaban el excursionismo y el montañismo, (de hecho llegaron a constituir un grupo de montaña denominado "Los 4") y, alimentados con una buena dosis de entusiasmo e imaginación, acordaron dirigir una carta al Presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman.

Recientemente había ganado las elecciones a la presidencia después de sustituir al fallecido Franklin D.Roseelvet, en abril de 1945 muy próxima ya a finalizar la 2ªGuerra Mundial. El motivo de la carta era la petición de un jeep que les permitiera acceder a la Cordillera Astur-leonesa y, en invierno, a los pueblos altos del concejo de Aller que en aquellos duros inviernos estaban toda la temporada de nieve incomunicados. Manso, uno de los componentes del grupo, tenía ciertos conocimientos de inglés y fue el encargado de redactar la carta por la victoria electoral a Truman. En principio, era una felicitación por ganar las elecciones y se aprovechaba para interesar la cesión de un vehículo

En aquellos años, a finales de la década de los 40, Estados Unidos había iniciado una política de supresión del material de guerra obsoleto y ello dio pie a los chavales de Cabañaquinta a solicitar un Land Rover que podría servirles para sus desplazamientos por la montaña.

La carta se tramitó a través del encargado de Negocios Extranjeros de USA en Bilbao y su respuesta demoró algún tiempo. Un buen día, recibieron la respuesta concediendo el vehículo, y su envío al puerto de Bilbao. Advertía que debía de solicitarse la autorización de importación del gobierno de España.

Se iniciaron las gestiones y, ante el cúmulo de dificultades administrativas y económicas que suponían la legalización del jeep, optaron por renunciar al mismo.

Una singular historia de aquellos inquietos mozos de Cabañaquinta. Dos de los cuales, aún viven. Son Baldomero Mallada y Luis D. Muñiz, que residen en Oviedo. La anécdota resultó malograda por la rigidez y la inflexibilidad administrativa estatal. De esta rigidez recuerdo la historia de un año antes, de un aristócrata y financiero asturiano que dirigió una carta al gobierno civil solicitando autorización para viajar a Madrid desde Asturias. Aportando los datos como era preceptivo -del coche, matricula, número de motor, bastidor y la fecha: 24 de junio- se le autoriza el viaje. Pero surge un hecho al propietario del coche que le obliga a aplazar el viaje a otro día. El gobierno civil no accede al cambio porque no es de su competencia por corresponder la misma al Ministerio de Gobernación... Inaudito.

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