¿La gallina son las térmicas y el huevo el carbón, o al revés? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Cambiando el sentido, ¿quién tiene el poder, las eléctricas o las minas? El anterior ministro de Industria, el ínclito Soria, denunció cuando dejó el cargo y con el fin de darle una patada en las espinillas a Montoro que las compañías eléctricas llegaban con las normas y los decretos ya elaborados a su despacho. Lo curioso es que no lo denunciara antes. Lo que quería demostrar era el gran poder de las eléctricas con sus puertas giratorias. Ahora el Ministerio de Energía es más receptivo ante la agonía de la minería, tiene buenos propósitos que parecen la morfina de los estertores. Quiere aprobar una norma para determinar cuándo se puede cerrar una central térmica de carbón, pero muestra su impotencia para que las empresas compren y quemen el mineral nacional. Y aún queda por resolver el cierre de las minas no competitivas en 2018, como ordena la UE. Buenas intenciones no faltan, pero como decimos por aquí: "Pal casu, patates".
