Oviedo, Mario D. BRAÑA

Rafael es un nombre de moda en el fútbol inglés gracias a Benítez, idolatrado por la afición del Liverpool por razones fáciles de entender. A la armada española en Inglaterra se ha unido otro Rafa, el portero asturiano que jugó durante una década en equipos de Primera, Segunda y Segunda B, entre ellos los asturianos Oviedo, Sporting y Avilés. Rafael González Robles (Avilés, 25-10-70) apenas pudo saborear el fútbol británico bajo los palos, pero está encantado como entrenador de porteros del Aston Villa. Una experiencia que siempre soñó con vivir porque en fútbol, hoy por hoy, Inglaterra «is different».

Al final de la temporada 2005-06, tras vivir su segunda etapa en el Oviedo, en Segunda B, Rafa tenía muy claro lo que quería para él y su familia. «Siempre me había gustado el fútbol inglés y, además, últimamente lo seguía de cerca porque mi hermano trabaja en Birmingham, en Acerinox, una empresa de acero inoxidable». Gracias a los contactos de su hermano, Rafa consiguió una prueba con el Coventry, de Segunda División.

«Allí las pruebas son algo muy normal», explica Rafa para remarcar las diferencias con el fútbol español. «Te siguen durante una semana, en entrenamientos e incluso en algún partido. En Inglaterra es muy importante el papel del entrenador de porteros. Tienen su título, se sientan en el banquillo y su opinión cuenta mucho para el entrenador principal».

Al avilesino apenas le costó convencer a los responsables del Coventry: «De mano ya les gusté. Llegué en buena forma porque había hecho la pretemporada con el Marino. Y jugué un partido con el Wolverhampton, que fue a ver el entrenador. Me preguntaron un montón de veces si era seguro que estaba libre, no se lo acababan de creer. Les interesó y mi hermano negoció el fichaje».

Sólo la parte burocrática complicó la firma del contrato: «No había manera de que la Federación española y la inglesa se pusiesen de acuerdo para tramitar el tránsfer. Al final lo tuve que solucionar llamando a Vili, que me mandó el documento con el que pude hacer el contrato con el Coventry». Una lesión en la muñeca le dio pocas oportunidades de palpar el ambiente de los estadios británicos, ya que la Navidad llegó con un regalo inesperado.

A finales de noviembre, el entrenador de porteros del Coventry, Seamus McDonald, fichó por el Aston Villa. «En poco tiempo habíamos hecho buenas migas. Me pedía consejos cuando venían a entrenar los porteros del filial. Antes de las navidades me llamó para que me fuese al Aston Villa con él. Quería que coordinase la escuela y dirigiese a los porteros de las categorías inferiores».

Rafa aceptó y, casi un año después, está encantado: «Esto es más de lo que podía esperar. Tengo mucha responsabilidad, con poder de decisión sobre los porteros de hasta 19 años. Seamus me consulta a veces sobre los porteros del primer equipo. Y hago también de ojeador». Incluso pasa informes de futbolistas españoles: «Me preguntaron por jugadores como Contreras y Ángel, entonces en el Celta, y Luccin. Les pude contar cosas en el aspecto futbolístico y también del vestuario, por la gente que conocí durante mi carrera».

Rafa habla maravillas de la estructura de los clubes ingleses. «Aquí hasta los de Segunda B tienen una gran organización. El Aston Villa está a un nivel altísimo, tanto deportiva como económicamente. Acaba de estrenar la ciudad deportiva, una de las mejores de Inglaterra». Los empleados tienen todo lo que necesitan: «El club me proporciona un despacho, coche con tarjeta para la gasolina, teléfono móvil y seguro médico. Todo son facilidades».

El ex guardameta asturiano tampoco pone pegas al estilo de vida en Inglaterra, pese a las diferencias: «Aquí todo se hace con dos o tres horas de antelación respecto a España. Antes de las nueve llego al club y a las doce y media comemos en el restaurante del estadio todos juntos. Después, si no tengo nada pendiente, me voy a casa. No hay mucho que hacer porque, salvo en Londres, a las 5 de la tarde cierran todos los comercios».

Ya se defiende con el idioma, entre otras cosas porque el Aston Villa puso a su disposición una profesora, y está feliz con los progresos con el inglés de su hija de tres años. En lo gastronómico, sólo echa de menos la fabada, y está al día de lo que ocurre en España gracias a internet. Por eso, en su horizonte a corto y medio plazo no figura la posibilidad de seguir su recién estrenada carrera en España. De momento prefiere disfrutar de un fútbol y un país diferente.