Oviedo,

J. I. CASTAÑÓN

La media maratón de Oviedo nació con la organización tirando la casa por ventana: con grandes estrellas pero falta del apoyo de los corredores populares. Cinco años después la carrera que, con permiso de la Subida al Naranco, está llamada a ser el emblema atlético de la ciudad -«capital del deporte», dice su eslogan- responde más a lo que se puede esperar de una prueba de este tipo: sigue teniendo carácter internacional, el número de inscritos y llegados a meta crece y crece, se obtienen marcas y hasta se rumorea que el año que viene podría adentrarse en la ciudad. Vamos, que progresa adecuadamente. Y en esta ocasión el keniano Clement Koech, que marcó en meta un tiempo de 1 hora 3 minutos y 25 segundos, y la portuguesa Ana Dias (1:13.49) resultaron ser los mejores de una edición marcada por el Campeonato de España de veteranos y de Asturias absoluto, campeonato éste que terminó con polémica a nivel regional sobre la identidad de sus campeones.

La lluvia y el viento planeaban sobre el desarrollo de la prueba, pero ni lo uno, ni lo otro. Ayer los atletas no pudieron culpar al clima de su rendimiento: un tiempo más bien fresco y soleado y sin apenas viento que no castigó a los atletas en la segunda parte del recorrido, uno de los temores de los participantes.

Desde el inicio de la prueba de 21.097 metros homologados, que arrancó en el centro comercial Los Prados y cuya meta estaba situada en las inmediaciones del Palacio de los Deportes, ya se intuyó que la lucha por la victoria en categoría masculina era un asunto doméstico de los corredores africanos. Había tres, y los tres terminaron en el podio. Un pleno que se encargó de frustrar en la carrera femenina la vencedora de la Maratón de Sevilla, la lusa Ana Dias. La corredora del Algarve pudo con la marroquí Malika y la etíope Teshome, rompiendo así con la hegemonía africana.

Los atletas kenianos Clement Koech y Elijah Kitur impusieron un ritmo cercano a los 3 minutos por kilómetro que resultó ser demoledor para el espigado marroquí El Mouaziz, que a la altura de Colloto -kilómetro 5- cedía el paso ante el dúo keniano, justo en el punto que los atletas afrontan la subida más dura de una carrera en el que predominan las suaves bajadas o el llano sobre los tramos en cuesta. Tras ellos un grupo de atletas españoles entre los que destacaban los asturianos Gonzalo Álvarez y Enedino García o el cántabro Pepín Fuentes-Pila, que hacía la guerra por su cuenta.

Nada perturbó el ritmo de los acontecimientos durante estos kilómetros. Los kenianos aventajaban en 18 segundos al marroquí y en casi tres minutos y medio a los corredores del Principado a la altura de la rotonda de Argüelles, casi a mitad de camino y donde los atletas vuelven sobre sus pasos. Por su parte Ana Dias y la marroquí Malika lograban una ventaja de 12 segundos en el mismo lugar sobre su perseguidora la fondista etíope, que iba a ir perdiendo fuelle a medida que los kilómetros caían camino de Oviedo. Muy lejos de ella circulaban dos corredoras asturianas: Itziar Méndez (Universidad) y Eva Braña (Kayak). La atleta de Lugones, que había superado a Eva Braña en el kilómetro 4, sufría en una distancia que no le tiene cogido el punto pero que le bastaba para ser la asturiana más rápida, porque la lenense Esther Álvarez era baja en línea de salida a causa de una inoportuna alergia primaveral.

Colloto volvía a ser el punto en el que se rompía la carrera, pero no en el lado masculino, en el que los kenianos firmaban un pacto de no agresión que dejó de estar en vigor justo en el último kilómetro. La pendiente de Colloto dictaba sentencia en favor de Ana Dias, una atleta que aspira a formar parte del equipo olímpico portugués de maratón y que aseguraba que la victoria en la carrera había estado muy reñida. Una disputa por el triunfo que en la clasificación masculina cobraba vigencia en Ventanielles cuando Koech atacaba en el último kilómetro a su compatriota y le vencía con una renta de 6 segundos.

La lucha por ser el mejor corredor asturiano también tenía su punto de atención en Colloto cuando el valdesano Enedino García cedía tras un ataque del vitoriano Roberto Ruiz, pero no Gonzalo Álvarez, que le disputaba a Ruiz la medalla de plata en categoría M-35, metal que perdía por un segundo en el sprint final ante el vasco. Una medalla de bronce era su consuelo porque el oro se lo llevaba un corredor español de origen marroquí Driss Fenassi. También bronce lograba en M-45 el avilesino Benigno Fernández (Rato), que no estaba muy contento con su actuación pese a hacer 1:12.46, y el langreano Efrén García Pesquera (1:43.41) en la categoría de mayores de 70 años.

La organización contabilizó casi 700 corredores en línea de meta, en una carrera que logró aunar cantidad y calidad. Como prueba de ello, señalar que para figurar entre los 100 primeros de la clasificación había que lograr correr cada kilómetro en una media de 3 minutos y 42 segundos.