Santander, Raúl

GONZÁLEZ RUMAYOR

Un gol marcado por el canterano Iván Bolado, a cinco minutos del final, clasificó al Racing del asturiano Marcelino García Toral para la próxima copa de la UEFA y no impidió que el Osasuna se mantuviera en la Primera División, al perder el Zaragoza en Mallorca.

Tras un pésimo partido de cántabros y navarros, se desató la euforia al darse un resultado que satisfacía a unos y otros. El Racing se clasificó para la Copa de la UEFA por primera vez en 95 años de historia.

Los Campos de Sport de El Sardinero registraron el séptimo lleno de la temporada para presenciar un partido con muchos alicientes y en el que los dos protagonistas, Racing y Osasuna, se jugaban la temporada. Y todo ello con la vista puesta en Mallorca, porque además de estar allí sus rivales más directos, sobre el Ono Stadi caía un diluvio que despertaba todo tipo de cábalas, incluida una posible suspensión que afectaría directamente a los duelos Racing-Osasuna y Recreativo-Valladolid, al tener que disputarse todos ellos a la misma hora.

La primera decisión fue la de posponer una hora el comienzo de los tres partidos a la espera de que el partido de Mallorca se pudiera disputar y al final los tres encuentros arrancaron con esos sesenta minutos de retraso.

Mientras el marcador de Mallorca no se moviera tanto el Racing como el Osasuna tenían asegurados sus respectivos objetivos, por lo que los primeros compases del partido de El Sardinero fueron de tanteo. Poco fútbol y mucha tensión.

Pero, a partir de que en el minuto 15 marcara el Mallorca, el Racing pasó a estar provisionalmente fuera de la Uefa, algo que no ocurría desde hace veinte jornadas. Y entonces los cántabros evidenciaron escasa capacidad de respuesta porque apenas inquietaron con un disparo lejano y muy desviado de Colsa y un remate de cabeza de Moratón aún peor.

Tras acabar el primer tiempo sin goles, el Osasuna perdía tiempo favorecido por el resultado provisional de Mallorca.

En el minuto 81 el Racing hizo el primer disparo entre los tres palos. Fue el aviso de la jugada que llevó el burundiano Tchité por la banda derecha, con internada hasta la línea de fondo, para servir un buen pase a Iván Bolado, que batió a Ricardo y desató la euforia en una grada a la que hasta entonces no le llegaba la camisa al cuerpo.

Al final fiesta en la grada que coreó el nombre de Marcelino y ovación de las aficiones para sus respectivos equipos.

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