El alpinista español Juanito Oiarzabal ha denunciado hoy que "la solidaridad se está perdiendo" en la alta montaña ya que cree que si los "sherpas" de la coreana Oh Eun Sun hubiesen accedido a subir a rescatar al montañero mallorquín Tolo Calafat, quizás éste no habría muerto en el Annapurna.

Oiarzabal ha reconocido a Efe desde un teléfono vía satélite su dolor por la muerte de Calafat, con quien coronó el pasado martes el pico himalayo de 8.091 metros de altura junto a Carlos Pauner.

Sin embargo, el alpinista mallorquín se quedó sin fuerzas cuando descendía desde la cumbre hacia el campo 4 y se separó del grupo para recuperar la salud o esperar un rescate a unos 7.500 metros de altura.

"Estamos mal, con la sensación de que quizás podíamos haber hecho algo más y de que la solidaridad se está perdiendo", ha comentado Oiarzabal, quien ha explicado que ayer estuvieron "negociando con la coreana" para que alguno de sus cinco "sherpas" subiera en busca de Calafat, pero "no hubo manera".

Ofrecieron 6.000 euros a los sherpas

El alpinista alavés ha desvelado que incluso ofrecieron 6.000 euros para cada "sherpa" que accediera a participar en el rescate, pero "ella no puso mucho interés" en acceder a esta petición, "no dio una orden directa" y los españoles no fueron capaces de convencerla.

"Nosotros no podíamos hacerlo. Llegamos al campo 4 congelados, yo además con los pies muy afectados, y no podíamos subir, estábamos agotados, pero alguno de sus sherpas podía haber subido. Sin embargo, la coreana no estuvo a la altura de las circunstancias, no dio un golpe en la mesa y dijo tú y tú arriba con dos botellas de oxígeno", ha lamentado.

A su juicio, "la clave está ahí. Si ellos hubieran subido ayer con unas botellas de oxígeno hasta el punto donde se encontraba Tolo estaríamos hablando de otra cosa".

Oiarzabal ha recordado que, tras coronar la cumbre, Tolo ha tenido que pasar dos noches a la intemperie.

"La primera la pasó bien con un 'sherpa' nuestro, lo que ocurre es que estaba totalmente negativo. Decía que no andaba, no andaba y no andaba", "se quedó sin fuerzas y no podía dar un paso más", así que el 'sherpa' que le acompañaba decidió bajar a buscar ayuda al campo 4.

A su llegada, el "sherpa" relató la situación a los compañeros de Calafat, quien además estuvo "continuamente hablando con el campo base porque tenía un teléfono satélite".

"La última comunicación fue a las nueve de la noche de ayer quejándose de que se estaba congelando, que tenía mucha nieve" y preguntaba constantemente "¿Dónde está el 'sherpa'?".

Ante esta situación, ayer mismo subió un 'sherpa' que ascendió con la expedición de Oiarzabal al Annapurna, que según el montañero alavés "fue el único que se ofreció a ir directamente a la muerte, porque tal y como salió ayer a la una del mediodía, cargado con una tienda, una botella de oxigeno, medicación y un saco" era arriesgarse a lo peor.

"Pero dio la casualidad de que a las tres de la tarde se puso a nevar con mucho viento y el 'sherpa', después de once horas de subida, no contactó con Tolo. Si lo hubiera hecho, habría montado la tienda, le habría arropado, dado oxígeno y quizá hoy el helicóptero le habría sacado como ha hecho con nosotros a 7.000 metros, con un cable de 25 metros de largo", ha explicado Oiarzabal.

"Estaba totalmente consciente"

El alpinista ha puesto de relieve que hasta la última comunicación el fallecido "estaba totalmente consciente. Sacó las coordenadas de su GPS y las mandó al campo base", de ahí que se conociera perfectamente su posición, a 7.580 metros de altura.

Sin embargo, el helicóptero que hoy mismo ha bajado uno por uno al resto de miembros de la expedición y que tiene el "récord mundial de altura", ya que se ha posado en la cumbre del Everest, ha hecho "dos barridas por todo el recorrido" pero el piloto "no ha visto absolutamente nada". A juicio de Oiarzabal, la ventisca y la nieve que caídas "taparon totalmente" su cuerpo.

Preguntado por las congelaciones que sufre en los pies, Oiarzabal ha restado importancia a este hecho, que ya considera "algo habitual" porque pocas veces consigue "subir una montaña en buenas condiciones", y ha deseado en un futuro poder "hacer una cumbre tranquila".

Ha comentado que el rescate que ha hecho hoy mismo ese helicóptero para cogerles con un cable de 25 metros y trasladarlos a las ocho de la mañana al campo base, supone también un récord mundial.

"Hemos pasado momentos muy difíciles", ha resumido Juanito Oiarzabal, quien esta misma mañana ha hablado con la familia de Calafat y ha comunicado la confirmación de su fallecimiento. "Imaginaros...", ha concluido.