Montmeló (Barcelona),

David ORIHUELA,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

Los aficionados asturianos no pueden introducir sidra en el circuito de Cataluña. No se puede acceder con botellas de cristal, al igual que en cualquier otro escenario deportivo. Así que la bebida autóctona, que no puede faltar en cualquier reunión de asturianos que se encuentren fuera de Asturias, se reserva para la macroespicha que esta tarde se celebrará en Parets del Vallès, a diez minutos del circuito. Y para que en ella no falte de nada ayer viajó desde Oviedo un camión con 2.400 botellas de sidra y más de mil bollos preñaos, además de las empanadas y casadielles que nunca deben faltar en una celebración de este tipo.

El club Oviedo Fórmula 1 ha movilizado a más de un millar de seguidores de Fernando Alonso y todos se reunirán esta tarde para rendir tributo a la sidra y al bollo preñao después de las rondas clasificatorias de hoy. Será una forma redonda de rematar el sábado de motor, especialmente porque muchos de los que han viajado con el club son novatos en Montmeló. Normalmente a Barcelona se acerca gente que no ha acudido a ninguna carrera, porque los que ya conocen este circuito optan por conocer otros también cercanos como Valencia o Monza.

Pero si hay un lugar en el mundo de la Fórmula 1 donde Asturias está más presente que en otro ése es Montmeló, también porque a los que viajan desde el Principado se suman muchos que ya no viven en la región y otros tantos que ni siquiera conocen Asturias pero que la sienten cerca porque son tan seguidores de Alonso como si hubiesen nacido en la calle Uría de Oviedo.

Los aficionados asturianos en particular y los españoles en general, llamados por el «factor Alonso», propician además que el fin de semana del Gran Premio de España sea un éxito seguro de público. Y por vez primera en la temporada las gradas se verán llenas, muy lejos del triste espectáculo que el Circo de la F1 dejó a su paso por otros escenarios como el circuito chino de Shanghai.