Potchefstroom (Sudáfrica),

Roberto MORALES / Efe

Vicente del Bosque, seleccionador español, mantiene la incertidumbre con el equipo que debe levantar el vuelo en el Mundial 2010, el que alineará mañana ante Honduras con la obligación de ganar para corregir el error del mal estreno ante Suiza. El entrenamiento a puerta cerrada de ayer no ayudó a esclarecer el panorama, pero Del Bosque medita la posibilidad de introducir cambios.

Digerida la derrota ante Suiza y asimilados los errores -Del Bosque se los transmitió al grupo en una de las reuniones que han mantenido en las últimas horas-, España comienza a mirar con optimismo a su futuro en el Mundial de Sudáfrica. Con la confianza intacta en su estilo y consciente de que dos triunfos le permiten acceder a octavos de final, los jugadores esperan la decisión del seleccionador sin tensiones.

«Si a cualquier jugador le pides que firme ser suplente y que el equipo gane, todo el mundo firmaría». La frase de Sergio Busquets a «Efe» define el compañerismo que marca el presente de la selección española. En el extremo opuesto a lo que viven otras selecciones históricamente favoritas, como Francia o Inglaterra.

En ese clima los internacionales españoles pasaron el día entre un suave entrenamiento matinal dentro de las instalaciones de la Universidad del Noroeste, el análisis en vídeo del próximo rival y una sesión vespertina rodeada de amplias medidas de seguridad. Las vallas que rodean el campo de entrenamiento se cerraron, y la amplia presencia policial se multiplicó para evitar que alguien pudiese encontrar un sitio desde donde ver las pruebas de Vicente del Bosque. A la hora de la verdad, no fueron tantas. El seleccionador mezcló a sus jugadores en el partido.

La buena noticia fue el reingreso de dos jugadores importantes como Sergio Ramos y Andrés Iniesta. Ninguno está al cien por ciento. Completaron toda la sesión al mismo ritmo que sus compañeros, pero aún no es segura su presencia en el equipo titular de España ante Honduras. El fuerte golpe que sufre Sergio en la zona costal, con el que le costó acabar ante Suiza, le ha tenido dos días en manos de los fisioterapeutas y tomando antiinflamatorios. Sus sensaciones tras el entrenamiento no terminan de ser buenas. Para jugar tendría que ser infiltrado. Su casta y las ganas que tiene de disputar un partido decisivo le harán jugar si los técnicos entienden que el riesgo es mínimo.

En el caso de Iniesta, la situación es la misma que en el inicio del Mundial. Cuando todo indicaba que el seleccionador no forzaría, recién recuperado de un edema muscular, jugó. Llega a tiempo para repetir la jugada tras días trabajando a menor ritmo.

Si hay cambios, en la mesa del técnico salmantino están tres nombres: Cesc Fábregas, Jesús Navas y Fernando Torres. Medita la opción de introducir novedades, sin el deseo de dejar señalado a ninguno de los que fueron titulares en Durban.

En el entrenamiento mezcló a los jugadores, pero dejó claro que mantendrá el sistema. España no comenzará como acabó ante Suiza, con dos delanteros juntos arriba, y si junta a Villa con Torres será «el Guaje» el que caiga a la banda izquierda. Ayer cada uno jugó en un equipo.

En la medular mantiene el triángulo que estuvo formado en la sesión por Busquets, Xabi Alonso y Cesc. Xavi Hernández es intocable, así que para la entrada de Fábregas el sacrificado tendría que ser el más inexperto, Busquets, y Xabi Alonso retrasaría unos metros su posición. La solución sólo está en este momento en la cabeza del seleccionador. El resto mantiene la incertidumbre.

Elogios al trabajo de Mata

Vicente del Bosque no es amigo de especulaciones, pero sí adelantó ayer que puede haber cambios de hombres ante Honduras respecto a los que jugaron contra Suiza, pero no de sistema. Y al hablar de posibles entradas elogió el trabajo realizado en los últimos días por cuatro jugadores: Torres, Navas, Cesc y el asturiano Juan Mata -estos dos últimos, con Villa en la fotografía-. Si hay cambios -todo apunta a ello-, saldrán de esos cuatro.