Durban (Sudáfrica), Efe

Wesley Sneijder dio impulso a Holanda, que se convierte en la primera selección en asegurar el pase a octavos tras deshacerse de Japón y constatar su dominio del grupo E, que completan Dinamarca y Camerún, su próximo rival antes de afrontar la siguiente fase.

El centrocampista del Inter, ex jugador del Real Madrid, fue el motor «orange», pero también el autor de la victoria. De un disparo lejano logró quebrar el aguante rival y encarrilar un éxito puesto en entredicho durante muchos minutos por un adversario áspero y ordenado, pero aún inexperto y sin pólvora.

Japón mostró de inicio su respeto al rival. De hecho, aguardó a la espera de ver los movimientos holandeses. El balón fue del bloque de Van Marwijk. Tiene hombres para ello. Especialmente Wesley Sneijder, respaldado por De Jong y por Mark van Bommel.

A pesar del movimiento de sus puntas, reforzadas con la aparición del madridista Rafael van der Vaart, el dominio holandés fue ficticio en la primera parte. Excesivo manejo y poca profundidad.

Los intentos caían en la trampa nipona. Estratégicamente perfecta. De hecho, fue Japón el que antes puso a prueba la meta rival con un disparo de Yoshito Okubo que se marchó fuera.

El dominio holandés perdió gas y el cuadro de Takeshi Okada se animó. Daisuke Matsui se encontró a gusto y movió con orden al equipo.

La vuelta del descanso acentuó el dominio europeo. Sin embargo, fue en una acción aislada donde Holanda encontró petróleo. Wesley Sneijder desatascó a su equipo con un zapatazo desde fuera del área. Respuesta a un precipitado despeje japonés en el lanzamiento de un saque de esquina. Kawashima llegó a tocar el tiro. Pero el balón entró.

No es una selección conformista Japón, decidida a hacer ver su progresión. Intentó arrinconar a Holanda mientras Okada daba entrada a Shunsuke Nakamura, uno de sus talentos, ex jugador del Celtic y el Espanyol, que, inesperadamente, comenzó el partido desde el banquillo.

Okubo tuvo cerca el empate con un tiro que salió cerca de Maarten Stekelenburg.

El seleccionador nipón echó el resto a falta de un cuarto de hora. De una tacada dio entrada a los atacantes Kejii Tamada y Shinji Okazaki. Pero para entonces Holanda ya transitaba a sus anchas. Con espacios y alentado por la velocidad de sus puntas, como la de Eljero Elia, que entró por Van der Vaart, que buscaron la sentencia a la contra.

Pudo llegar en cualquiera de las dos que tuvo Ibrahim Afellay, sustituto de Sneijder, en los cinco minutos previos al cierre. Enfiló solo y de cara, en ambas, a Kawashima, que impidió que el triunfo holandés fuera más amplio.