Abu Dabi, Álvaro FAES

Un tipo trajeado y sin acreditación (lo nunca visto en el paddock) interrumpe la conversación del agente de Fernando Alonso. «Soy de la Casa Real. ¿Dónde está Fernando? El Rey viene a saludarle». Don Juan Carlos no tardó ni dos minutos en aparecer. Frente al trajeado Monarca y al reluciente Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, Alonso apareció en chanclas. En la charla también participó Emilio Botín. «El Rey ha estado excepcional, genial, como siempre», dijo el presidente del Banco Santander sin desvelar los términos de la conversación.

Le trae don Juan Carlos suerte a Fernando Alonso. El Rey estuvo en Bahrein para el estreno del Campeonato y hubo victoria. Ayer anticipó el paseíllo por el paddock y el piloto dejó el Mundial a tiro de piedra.

El paddock de Yas Marina parecía un desfile de modelos. A Botín le acompañaba el equipo «santanderino» de la F-1 al completo, en tanto Montezemolo estaba junto a Piero Ferrari, el último vestigio en la casa de la saga que inició el inigualable Enzo Ferrari.

Si se suman emires, príncipes, jeques y demás miembros de la realeza local, la zona anexa a los garajes era una romería. Invitados, personajes vips, clientes... nadie quiere faltar al último fin de semana. En segundo plano, discreto y con la gente de Mediapro, dueños de los derechos de televisión de la F-1 en España, aparecía, inesperado, Alberto González, máximo accionista del Real Oviedo. Feliz. El día antes había conocido su absolución en la vía penal en el contencioso con Hacienda.