Gijón, Á. C.

Ha cambiado los guantes por la pizarra, pero el reto es tan apasionante como cuando tocaba ponerse bajo los palos. Sergio Sánchez (28-04-1977, Carbayín, Siero) afronta la oportunidad de dar un salto más en su carrera como técnico en el mismo equipo en el que se convirtió en futbolista. Iñaki Tejada ha confiado en el que fuera guardameta del club rojiblanco durante dos etapas diferentes para «ficharle» como segundo entrenador de la primera plantilla. El asturiano conoce el método de su compañero, ya que estuvo a sus órdenes durante dos campañas y además fue su profesor en el curso de entrenadores.

Sergio Sánchez afronta su tercera etapa en el Sporting desde un punto de vista diferente. Formado en las categorías inferiores del Sporting, defendió la portería del primer equipo en la temporada 1998-99 y 1999-2000. Fue entonces cuando se marchó traspasado al Atlético de Madrid, por 3,5 millones de euros y, a partir de ahí inició un largo peregrinaje por varios clubes que acabaría devolviéndole a su origen. El de Carbayín regresó a Gijón en la campaña 2007-08 para vivir el ascenso de los rojiblancos a Primera División y contribuir en la permanencia al año siguiente. Incluso ejerció de traductor del holandés Colin en el vestuario. Decidió entonces abandonar el fútbol e iniciar su carrera como entrenador. Un camino que ha vuelto a teñirse de rojiblanco.

La vida de Sergio Sánchez lejos del fútbol profesional continuó ligada al balón. Además de comenzar su formación como técnico, encabezó varias iniciativas en favor del fútbol base. Una de ellas, Dorsal 13, una escuela de porteros que continúa en funcionamiento y que sirve como puente para trasladar a los niños las claves de un puesto tan específico. Una vez conseguido el título regional de entrenador, el pasado verano completó sus estudios con el título nacional. En esta etapa se reencontró con algunos ex compañeros, como el ex rojiblanco Neru.

En cuanto a su experiencia en el banquillo, Sergio Sánchez no ha dudado en sumarse a varios proyectos. Aceptó la propuesta de Abelardo la pasada temporada para incorporarse al cuerpo técnico del Candás, de Tercera División, con el que conquistó la Copa Federación. Además, también dirigió a uno de los equipos del Victoria de Perlora, filial del conjunto candasín. La puerta de Mareo volvió a abrírsele el pasado verano. Era una oportunidad irrechazable.

El de Carbayín se puso al frente del juvenil de Liga nacional, al que ahora ha dejado segundo en la clasificación, a un punto del líder. Sus ganas de aprender en este ámbito le llevaron a que también se sumara al proyecto de Manuel Sánchez Murias en el Sporting B, como entrenador de porteros. El hambre de crecer y su estilo perfeccionista -se le ha podido ver detrás de la portería del filial durante los partidos de esta temporada para corregir errores sobre la marcha- son algunas de las claves de su vuelta a la élite.