D. O.

El Real Oviedo se ilusiona con un nuevo proyecto y Diego Cervero es su estandarte dentro del campo. Así quedó patente en la presentación del delantero que regresa al club después de su paso por Logroño.

Un millar de personas llenaron parte de la grada norte del municipal ovetense para asistir al acto. Bengalas, pancartas de "Bienvenido a casa", y cánticos recibieron pasadas las ocho de la tarde al delantero oviedista y ovetense. Cervero se confesó emocionado al ver la acogida. No es fácil que una presentación de este tipo concentre tanta afición y a tanto público.

El primero en tomar la palabra fue Pedro Zuazua, miembro del nuevo consejo del Real Oviedo, que agradeció la presencia del público, la colaboración de los aficionados para "adecentar" las instalaciones de El Requexón. Zuazua avanzó además que en dos días se han logrado 2.000 abonados y aclaró que "nadie se quedará sin ser abonado por problemas económicos". El Consejero pidió que aquellos que tengan dificultades económicas se pongan en contacto con el club "que estudiará caso por caso".

Cervero apareció entonces por el túnel de vestuarios y se fue directo a la grada a saludar a los aficionados, muchos de ellos niños.

El delantero tomó la palabra para proponer un pacto con la afición, algo así como "yo me dejaré la piel en el campo y pediré a todos los compañeros que lo hagan" pero "en los momentos difíciles la afición debe seguir apoyando".

El jugador peloteó con unos niños y después de firmar varios balones los lanzó a la grada, el último de chilena. El acto se cerró con Cervero posando uno a uno con decenas de niños a los que firmó camisetas, balones y fotos.