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"El don de atleta lo tenía como entrenador"

Alfonso Cuervo, su pupilo en los últimos 3 años, ensalza las cualidades de Lamela como técnico

su último acto público. Lamela estuvo el pasado sábado en El Quirinal. En la foto, por la izquierda, Ramón Jeremías (exlanzador de peso), Yago Lamela, David Testa (atleta de 400 m) y Alfonso Álvarez Cuervo. | alfonso cuervo

Poco a poco, conquistando pequeños progresos, Yago Lamela fue venciendo a la depresión. Una de las herramientas que más le ayudó en la mejora fue el atletismo. Pocas cosas que rodeaban la vida del avilesino estaban alejadas del tartán. Hace tres años, Lamela se hizo cargo de los entrenamientos de Alfonso Álvarez Cuervo, un saltador asturiano al que conocía desde los años en la élite. Fue un estímulo para que el avilesino volviera a encarar el futuro con optimismo. Pero además, mostró a un técnico con un futuro prometedor como formador.

"El don que tenía como atleta lo tenía como entrenador", afirma Álvarez Cuervo sin ambages. "Ser buen atleta no significa necesariamente que seas buen entrenador, pero Yago tenía una facilidad especial para transmitir los conocimientos. Ya tengo una experiencia, 31 años, he tenido muchos entrenadores de nivel, pero ninguno como él", añade el atleta.

Lamela y Cuervo coincidieron por primera vez en 1998, en plena competición. Por entonces el avilesino ya saltaba 7.95 metros, una marca imponente, mientras que Cuervo, de 13 años por entonces, luchaba por acercarse a los seis metros. La relación siguió reforzándose en la competición y una vez que Lamela desapareció de la misma. "Manteníamos el contacto por mensajes y a través de Facebook hasta que un día Juanjo Azpeitia nos propuso hacer 4 días de técnica juntos", cuenta el saltador; "congeniamos desde el primer minuto". Cuervo pudo comprobar de primera mano la forma de ser de alguien al que siempre había admirado. "Yago siempre ha sido silencioso. Es la palabra que mejor lo define. Llamaba la atención por sus 8.56 pero no por su forma de ser. Era la antítesis de una estrella", señala.

La motivación de Lamela con su nueva función era evidente. "Algún día me levantaba y leía en el Facebook 10 mensajes tuyos con entrenamientos que se le habían ocurrido por la noche". Lamela estaba apuntado para el segundo curso del título nacional de atletismo, una clara muestra de que lo suyo con la formación iba en serio. "El título lo puedes sacar con las clases pero lo que no se aprende es el talento. Y de eso Yago tenía a raudales", corona Álvarez Cuervo, su discípulo.

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