Sergio Egea explotó toda la tensión que llevaba acumulada a lo largo de diez meses. Su celebración espontánea, dando saltos ante los aficionados azules, resume el sentir de un técnico que ya está en la historia del Oviedo.

"Ver a tanta gente feliz no tiene precio". Fue su resumen de una alegría difícil de contener en su comparencia en la sala de prensa del Ramón de Carranza. El técnico argentino fue claro en su análisis del partido. "Sabíamos que era una eliminatoria de 180 minutos entre dos buenos equipos. La segunda parte que hicimos en el Tartiere nos dio mucha confianza para encarar este partido", aseguró. "Competimos muy bien y estoy muy agradecido a la plantilla. Fueron diez meses muy duros, pero al final conseguimos el objetivo de regresar a la Liga de Fútbol Profesional. Era un gran desafío el que nos marcamos el 14 de julio del año pasado y lo conseguimos. Se lo debíamos a una gran institución y a una gran afición", remató. Egea destacó que su equipo realizó un partido "completo y muy serio ante un Cádiz que es un gran rival y ojalá consiga subir de categoría. Creo que es un ascenso muy merecido",

El técnico volvió a reiterar que el objetivo era "competir muy bien y lo logramos. Teníamos que anular al Cádiz en su campo y todo lo que hablamos antes del partido tuvo su reflejo en el campo".

Egea recalcó asimismo que "después de doce años nos llevamos un premio tremendo. Hacer feliz a tanta gente es impresionante y el fútbol sirve también para esto. El entrenador argentino del Oviedo reconoció que el balón parado podía ser una de las claves de la eliminatoria. "Estas eliminatorias suelen ser muy trabadas y cualquier detalle puede ser decisivo", indicó, consciente de que "tenemos a un jugador como Susaeta que es especialista en este tipo de jugadas y luego David Fernández acierta con su remate", concluyó.