Un club joven, el Cronistar Oviedo Balonmano, ha puesto su primer equipo en manos de uno de los entrenadores asturianos más experimentados. Falo Méndez (Avilés, 22 de mayo de 1951) vuelve al pabellón de Vallobín donde forjó el último gran Naranco, que logró el ascenso a la máxima categoría en la temporada 1996-97. Ahora necesitará tiempo e imaginación para subir dos escalones con una plantilla formada desde la base, reflejo del club original.

En el palmarés de Méndez figuran ascensos a la actual Liga Asobal con el Grupo Covadonga (1975-76), el Villa de Avilés (1986-87) y el Naranco Oviedo (1996-97), además del Deportivo Gijón femenino (1998-99). Apenas pudo disfrutar de este último éxito por discrepancias con la directiva y en los últimos quince años se centró en el trabajo con la cantera como director técnico de la Federación Asturiana y el Bosco de Avilés.

"Estaba muy a gusto en el Bosco", explicó Méndez ayer en su presentación con el Cronistar. "Sacamos jugadores para la Liga Asobal, para la Atlética Avilesina y la selección española promesas". En esta última, el técnico asturiano seguirá ejerciendo como jefe de delegación, una labor compatible con su trabajo en Oviedo. "Soy un animal competitivo y siempre me ha gustado la alta competición. Y eso que siempre me ha tocado dirigir equipos muy limitados. Esos retos me gustan porque nunca estuve en un club con mucha pasta para traer al Karabatic de turno".

Aún así reconoce que "me costó mucho trabajo dar el paso poque estaba muy tranquilo en Avilés, sacando jugadores y casi daba por cerrado el ciclo como entrenador de alta competición. Pero me llamaron dos amigos, como Pepe Rionda y Kako, y me supieron en un brete. No se lo puse fácil, pero me convenció su insistencia y, sobre todo, la ambición: va a haber un proyecto serio y tengo que liderarlo".

Pese a las dificultades de los últimos tiempos, Falo Méndez apuesta ciegamente por el balonmano: "Llevo toda la vida diciendo que a los asturianos se les da muy bien este deporte. Hemos tenido a bastantes equipos en la máxima categoría. A veces puede más la imaginación que las ayudas. Pero Oviedo es, de todas las ciudades en las que he estado, la que más ayuda al balonmano".

Sobre los objetivos en el Cronistar recalcó que "nuestra ambición no tiene fin. Dependerá de nuestro trabajo y de las posibilidades del club. Sé que va a haber una parte de imaginación, pero yo creo que vamos a tener medios mientras se mantengan las ayudas institucionales".

El objetivo último de Méndez es que Oviedo tenga dos equipos en la División de Honor: "Tenemos que ponernos a la altura de las chicas, pero poco a poco. El objetivo de este primer año es crecer y que los chicos mejoren. Si, además, podemos traer algún jugador que mejore alguna zona igual podemos hacer ya algo importante".

Falo Méndez señalaba ayer la tribuna vacía del polideportivo de Vallobín y recordaba su anterior etapa: "El primer día que entrené a aquel Naranco les dije a los jugadores que nuestro primer objetivo era llenar esas gradas. Eso se consigue con éxitos porque el público solo entiende de equipos ganadores y que ilusionen". Espera ser una referencia para la ciudad: "La idea es que todos los clubes de Oviedo trabajemos juntos y que haya un equipo que nos represente porque queremos llegar a ser el primer equipo de Asturias".