Rafael Rodríguez Temprano, un gijonés de 42 años y que se dedica a la construcción, se acaba de convertir en el primer cinturón negro asturiano de tambo-jutsu, una modalidad de las artes marciales encuadrada en la Federación Española de Kárate, aunque en un principio se inició en la de judo.

Esta modalidad se caracteriza por el estudio de las técnicas de combate con un palo corto, alrededor de 45 centímetros, y que nació en diversas escuelas japonesas. El origen de esta arma es bastante confuso ya que para algunos el palo sustituyó al abanico que se utilizaba en un principio como arma defensiva pero para otros deriva de un cuchillo envainado o incluso de un palo llamado hana-neji con el que los samuráis controlaban a los caballos.

Hoy en día lo más utilizado es un palo corto, cuya medida suele ser un poco mayor que la del antebrazo del que lo utiliza. El tambo-jutsu es una modalidad esencialmente defensiva que utiliza técnicas de golpeo, luxación, estrangulación, presión, proyección o aplastamiento y que aprovecha la fuerza del contrario. Cuenta con tres líneas diferentes de trabajo. La primera es el nihon kobudo tambo jutsu, o sea técnicas tradicionales de combate procedentes de escuelas antiguas; el Keibo Soho, técnicas adaptadas a la defensa personal policial, y Tambo Goshin Jutsu, en el que se emplean diversos elementos de uso cotidiano como pueden ser paraguas, bolígrafos o incluso un periódico enrollado. En el tambo-jutsu no hay competición, aunque en su momento se planteó hacerlas, pero se desechó porque las técnicas habituales provocarían muchas lesiones.

"Empecé en las artes marciales hace unos seis años practicando nihon tai jitsu aunque es un deporte que siempre me ha gustado. Ya le gustaba a mi padre y me acuerdo de ver películas de Bruce Lee juntos. Sin embargo nunca lo había practicado hasta hace seis años", indica Rodríguez Temprano para quien "esto es un hobby, muy poca gente sabe que lo hago". Su maestro es José Manuel Navarro, que es sexto dan de nihon tai jitsu y tercero de tambo-jutsu. Generalmente se entrena un par de días a la semana en el gimnasio Gym Zen de Gijón, un gimnasio que curiosamente encontró su mujer, pero también se ejercita en algunas ocasiones en Oviedo.

Rodríguez logró el cinturón negro tras un examen que tuvo lugar en Oviedo en el que "tuve que realizar diversas técnicas con luxaciones y proyecciones, así como una defensa libre sobre distintos ataques". El examinador fue el catalán Pere Calpe, sexto dan de esta modalidad. "Nos somos muchos en estos momentos los que practicamos esta modalidad, alrededor de media docena" indica el gijonés, aunque alguno le seguirá en breve en el examen, puesto que "todos trabajamos y vamos a nuestro ritmo, no nos dedicamos solo a esto"

El gijonés alcanzó este grado en seis años, un tiempo que es "algo más de lo habitual porque yo trabajo y no puedo entrenarme más de lo que lo hago, pero para mi no era algo prioritario, yo voy porque me gusta, es un hobby y me da tranquilidad y seguridad".

Rodríguez Temprano ya le ha inculcado el gusanillo por esta modalidad a su hija que con 14 años ya empieza a practicarlo y espera que continúe en ello, como él mismo tiene previsto hacer, puesto que "quiero mejorar y conocer nuevas técnicas", lo que le llevará a subir de grado aunque reitera que ese no es el objetivo que le mueve. "Hasta ahora lo que he estado haciendo es aprender. A partir de ahora ya voy disfrutar más de todo esto", señala.