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Nuestros cotos | Una de las principales opciones de los aficionados

El Brezo, un imán

El Sella ofrece el coto más productivo de la temporada pasada

Pescando a cebo en el pozo El Brezo. MIGUEL AGUILAR

Situado en las inmediaciones de Cangas de Onís y del Parador Nacional de Villanueva, El Brezo, actualmente, es uno de los cotos más productivos del río Sella y, en consecuencia, de los más solicitados por los aficionados. De hecho, la temporada pasada fue el más generoso de todas las cuencas de Asturias, con los 42 salmones que se pescaron en sus aguas, a los que habría que añadir los que se capturaron en la época de pesca a mosca sin muerte que no fueron pocos. Aguanta muy bien el agua, y tampoco pierde efectividad cuando el caudal del río baja en verano. Junto con el Golondroso, era uno de los lances más mencionados en la Edad Moderna como propiedad del Monasterio de Villanueva, y de aquellas el Sella daba muchos salmones. Suele guardar peces, tanto salmones como reos y truchas, siendo uno de los pozos que, a final de temporada, alberga una mayor cantidad de ellos.

Siempre fue un coto donde pararon bien los salmones en su ascenso por el río, pero durante muchos años los vertidos hicieron que no presentara su mejor aspecto. Su productividad aumentó de forma notable al entrar en funcionamiento el saneamiento y depuración de aguas de la zona. Desde entonces tanto la calidad como la transparencia del agua nada tiene que ver con la de años atrás.

En la parte baja están Las Serondas, una corriente que discurre entre peñas y rocas, hasta llegar al límite inferior. No es un buen lance para el salmón. En cualquier caso, principalmente cuando está permitida la cucharilla, hay que darle un par de pasadas a lo largo del día.

Aguas arriba llegamos a una tabla de aguas lentas en cuyo cabecero encontraremos el pozo que da nombre al coto, El Brezo. Comienza en un estrechamiento que hace el río entre las peñas de ambas orillas. Se puede pescar desde ambas márgenes, pero generalmente se hace desde la izquierda. Un pasillo de cemento recorre todo el lance. Dicho pasillo hace de puente entre unas peñas y otras, hasta llevarnos a todas las posturas desde las cuales tenemos que pescar. En la parte más alta del lance, donde ya no podemos seguir río arriba, hay una gran roca sumergida bajo el agua. Unos metros más abajo, en la zona más estrecha, en el medio del río veremos otras rocas sumergidas en forma de cresta. Entre estos dos puntos suelen estar los salmones aposturados. Es pues, una buena opción para empezar. Una de las ventajas de estas zonas tan estrechas es que, independientemente de que piquen o no, lo salmones verán nuestros cebos y moscas casi con toda seguridad.

Más abajo de esas crestas de roca empieza el lance del Brezo propiamente dicho. Los salmones pueden aposturar pegados a ambas orillas, por lo que debemos de pescarlo todo muy despacio. Una visera de roca de la margen izquierda suele guardar ejemplares bajo ella, por lo que hay que pescar minuciosamente esa zona aunque no veamos peces. Junto a la orilla, hay un gran árbol, que destaca sobre los demás por su tamaño, siendo este es uno de los mejores puntos del coto. En condiciones de buena visibilidad, se pueden ver los salmones en distintos puntos del pozo.

Más abajo, casi en la falda, en medio del río hay una gran roca que, si el Sella no tiene mucho caudal, sobresale del agua. Junto a la misma también pueden aposturar los salmones. No es fácil llegarles desde la margen izquierda, caso de localizar alguno lo mejor será cambiar de orilla.

Aunque es un coto básicamente de cebo, se puede tirar la mosca cuando el caudal del Sella tenga el tiro suficiente. El devón y la cucharilla, a río alto, también pueden ofrecer capturas. Estos últimos años, debido a la transparencia del agua y a que paran muchos peces en sus pozos, ha sido muy productiva la modalidad de ninfa, principalmente pescando a pez visto.

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