Después de haber sido el río más generoso con los aficionados la temporada pasada y de haber quedado en sus aguas un buen número de salmones para el desove, las expectativas generadas eran muy alentadoras. Desde el inicio de la campaña, y con el paso de las jornadas, dichas previsiones pronto se vinieron abajo. De sus aguas salieron un total de 149 salmones, muy lejos de los 487 de 2016, los 337 de 2015 o los 392 de 2014.

El caudal del río fue escaso durante toda la temporada, en algunos momentos muy por debajo de lo habitual, pero igualmente cierto es que, cuando llegaron las puntas de agua, las cifras de capturas no fueron las deseadas. Aunque se ven salmones, el número de ejemplares es bastante inferior al de temporadas pasadas.

Los esperados mayucos apenas hicieron acto de presencia, y los guarismos finales han sido maquillados por la tímida llegada de los añales de verano. Así las cosas, no podemos decir otra cosa que la temporada ha sido muy mala en aguas del río Sella.

La afluencia de pescadores, ante la falta de capturas, estuvo muy por debajo de lo habitual, y los salmones salieron relativamente repartidos entre cotos y zonas libres. El mayor ejemplar se capturó el día 5 de mayo, a cebo natural, en el coto de Remolina, parando la báscula en 9,470 kilos. Salmón que, a la postre, ha sido el mayor de la temporada en los ríos de Asturias. En cuanto al coto con mayor número de salmones conseguidos empataron Brezo y Golondroso con 8 ejemplares.