En la última curva de su carrera, Samuel Sánchez ha cometido un error del que se arrepentirá toda su vida. En un asunto como el dopaje es muy tentador mostrarse inflexibles cuando toca de lejos y compadecerse, o resistirse a creerlo, con la gente de casa. Pero con Samu habrá que aplicar la misma vara de medir: si finalmente el contraanálisis confirma el positivo pasará a engrosar la lista negra del ciclismo. Nos dejará un legado de triunfos, con el oro olímpico a la cabeza, pero será imposible desvincular su figura de este resbalón que tanto ha decepcionado a sus muchos seguidores.