Cristiano Ronaldo, estrella del Madrid y de Portugal, declaró el pasado 31 de julio, hace menos de once meses, en el juzgado de instrucción número cuatro de Pozuelo ante la jueza Mónica Gómez Ferrer. Entonces, Ronaldo declaró lo siguiente: "La Hacienda española conoce en detalle todos mis ingresos, porque se los hemos entregado; jamás he ocultado nada, ni he tenido intención de evadir impuestos", dijo, para después espetar una frase que se convirtió rápidamente en titular: "Si no me llamara Cristiano Ronaldo, no estaría aquí", espetó. El futbolista luso insistió entonces que "no sabía nada" y que "confiaba en sus asesores", aunque entre ellos no incluyó a su representante más conocido, Jorge Mendes. "Jorge [Mendes] es mi representante y amigo. Negocia traspasos con clubes, negocia las condiciones y no lleva temas jurídicos ni fiscales, ni tampoco derechos de imagen", dijo. Un año después, ya al límite, el portugués admite los delitos y acepta las penas para zanjar sus problemas.