Si los hubiera apostado de verdad, Javier Tebas estaría a punto de perder diez mil dólares. Por mucho que el presidente de la Liga de Fútbol Profesional se crea el rey del mambo, de momento la mercantilización no puede con todo. El respaldo que la FIFA dio el viernes a la Federación Española, reforzando su oposición a la disputa del partido Girona-Barcelona en Miami, cierra por el momento un intento destinado a fracasar desde el primer momento. De una tacada, Tebas se puso en contra a la federación, a la AFE, a rivales directos del Barça y, aunque nadie les haya consultado, probablemente a la mayoría de los socios del Girona, que preferirían ver uno de los partidos de la temporada en Montilivi. La idea no es mejor ni peor que otras ya ejecutadas para universalizar el fútbol español, como por ejemplo los horarios intempestivos, pero nació muerta por esa manía de Tebas de reunirse consigo mismo. Así que para la próxima ya sabe lo que tiene que hacer: buscar consensos para que no sea necesario doblar la apuesta.
