España sólo ha conseguido tres títulos mundiales en fútbol: el sub-20 masculino, en 1999 en Nigeria; el absoluto masculino en 2010 en Sudáfrica; y el sub-17 femenino hace un par de días en Uruguay. En todos ellos hubo protagonismo asturiano: Rubén Suárez, en aquel momento conocido como el hijo de Cundi, se codeó con los Xavi Hernández y compañía en la sub-20; David Villa resultó fundamental para poner la primera estrella en el pecho de la Roja, con Juan Mata recién llegado; y el primer mundial en categoría femenina llegó de la mano de una seleccionadora acostumbrada al éxito (Toña Is), con una defensa central impecable (María Méndez) y una joven guardameta (Paula Is) aprendiendo desde el banquillo de su compañera Cata Coll, la mejor del campeonato. Ahora que en la vertiente masculina no andamos sobrados de representantes, las mujeres parecen en condiciones de tomar el relevo: Lucía García empieza a ser fija en la absoluta y María Méndez parece preparada para dar el salto a la sub-19 e incluso a la sub-20, además de otras jóvenes que vienen apretando fuerte. El buen trabajo con la base, como en el resto de España, empieza a ser reconocido en todo el mundo.
