Ahora que algunos quieren volver a las cavernas en asuntos como los derechos de las mujeres, incluso en los más elementales, resultan interesantes reflexiones como las de Toña Is, que se mostró preparada y dispuesta para ponerse al frente de un equipo masculino en el futuro. La asturiana, que ya derribó algún muro en 2015 al convertirse en la primera seleccionadora española de la historia, es una prueba de que la capacidad no entiende de sexos. Los dirigentes de la Federación Española están tan convencidos de las aptitudes de Toña que, al margen de poner en sus manos a la selección sub-17 que acaba de ganar el Mundial, la ha incluido en los equipos técnicos de las categorías superiores, también en la absoluta. En otros deportes y en varios países (la NBA, sin ir más lejos) empieza a ser frecuente la presencia de mujeres dirigiendo equipos de hombres. Dada la relevancia del fútbol en España, una mujer en el banquillo de un equipo masculino de cierto nivel podría considerarse como la última frontera superada para hablar seriamente de igualdad.
