El objetivo de la asociación "Déjame tus piernas" no es el de convertir a unas personas en héroes, grandes benefactores, que se sacrifican por otros, discapacitados, para concederles un momento de esparcimiento. Es mucho más simple que todo eso: lo que se persigue es pasarlo bien todos juntos, disfrutar del deporte y hacer lo posible porque ese placer esté al alcance del mayor número posible de gente.

Los socios, amigos y conocidos de "Déjame tus piernas" llevan más de dos años saliendo a correr en grupo y no sienten que sean diferentes los que van en la silla de los que van empujándola. El sistema es simple: unos son rodadores, personas con diferentes discapacidades que van en silla de ruedas, y otros voluntarios, aficionados a correr que empujan esas sillas por diferentes carreras populares. Unas pruebas entre las que han querido incluir las de montaña, algo que supone una dificultad añadida y un nuevo reto para la asociación. Ya han hecho el trail de Cotobello y recientemente el de Castañeru. Los rodadores siempre van acompañados de un mínimo de cuatro voluntarios, que se turnan para empujar y que se fijan en que la silla no sea obstáculo para ninguno de los otros participantes.

Desde hace un tiempo también se juntan de vez en cuando sin necesidad de que haya una carrera de por medio, tan solo para salir un rato a correr.

El problema de las carreras de montaña es que se necesita de una silla especial y ahí se centran buena parte de sus esfuerzos, en dotar de medios a las personas que quieren correr y no pueden hacerlo con sus piernas. En las pruebas de asfalto, el problema es que si usan sus propias sillas puede provocar una avería en una herramienta que es fundamental para su día a día. "Solemos sacar siete u ocho sillas a las carreras, pero de montaña hasta el momento solo tenemos una", cuentan desde la directiva. De las normales, la asociación ha conseguido, gracias a los donativos de algunos de los colaboradores, adquirir tres sillas nuevas con sus correspondientes ruedas supletorias.

"Déjame tus piernas" tuvo su origen en Gijón y tiene ahora mismo unos 60 socios. En las pruebas en las que participan no pasan desapercibidos porque, entre rodadores, voluntarios, familiares y amigos, se juntan un buen puñado de personas. Por si fuera poco van acompañados de música y se les identifica por el buen humor con el que recorren las distancias que se proponen. "Poco a poco la gente te conoce, al final somos muchas personas en las carreras, se nos ve y ya hay algunas pruebas que nos empiezan a llamar", explican desde la directiva.

Corren donde pueden, pero tienen algunas pruebas que no se pierden, como la Santa Olaya-Grupo, puesto que estas dos instituciones colaboran activamente con ellos. La directiva también agradece al Patronato de Deportes de Gijón su disposición a echarles una mano siempre. Insisten desde esta asociación que de lo que se trata es de "disfrutar del día" y que donde van, ya sea carreras o colegios en los que dan charlas, todos son "sonrisas". Es un proyecto de "integración" y por eso una de sus últimas medidas ha sido la de establecer casi como una norma "ir todos juntos a tomar el vermú cuando acaba una de las carreras".