El único tiro que hizo ayer el Avilés fue el que se pegó en el pie. Los locales, con la derrota más justa del año, se complican la permanencia en Tercera. El equipo local perdió. Hizo méritos de sobra para ello. No tiró a puerta en todo el partido y atrás fue sorprendentemente blando. El San Martín marcó tres golazos, dominó la pelota, falló un penalti, ganó con merecimiento y para más inri se queda a su favor con el goal-average.

La primera parte fue aburrida, salvo por el final. Agustín marcó el primero a la media hora. Se marchó de dos rivales y su disparo pegó en Santa, que se fue al suelo, desobedeciendo la orden expresa de su entrenador.

Luego, Steven, protagonizó una jugada maradoniana. Al contrario que El Pelusa, el jugador del San Martín pasó la pelota. Se equivocó, claro, pero fue bonito de ver. Antes, Moha falló un mano a mano. Lo abortó Barra en una carrera de infarto. Pandiani, que ayer jugó de central, provocó un penalti. Lo tiró Arias y lo paró Borja Piquero, que esta temporada ya ha detenido cinco.

El Avilés mejoró tras el descanso. Pero fue un espejismo. Le duró lo que tardó en coger Ricky la batuta del partido. El San Martín se adueñó de la bola. Y por momentos, bailó al equipo de Castañón, que solo tuvo un recurso. Buscar a Pandiani con balones parados ejecutados por Piquero.

Paulo, ya hacía el final, cedió una falta absurda al borde del área. Lele le pegó como si jugara en Primera. La rosca que le imprimió a la pelota hizo que ésta se colara inapelablemente en la meta de Piquero. Antes, Armando rozó un balón y obligó a estirarse histriónicamente a Javi Díaz para parar la pelota.

Steven terminó por matar al Avilés. Remató un córner, que el San Martín había sacado en corto. Los de Arniella masticaron muchísimo esta jugada, ante varios jugadores avilesinos, que solo adivinaron el final de la jugada cuando la pelota ya estaba dentro. Y con eso, el Avilés cedió con toda justicia la derrota.